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Batalla Electoral 2024

¡La reelección no pasará!

El presidente Leonel Fernández tiene un dilema: Por un lado la Constitución de la República, la misma que él hizo aprobar hace poco más de un año, le prohíbe, taxativamente, reelegirse. No importa lo que digan o hagan los ingenieros constitucionalistas que tiene a su lado gastando el dinero del Presupuesto Nacional en promoverlo para otro mandato consecutivo: La Carga Magna no lo permite. Por otro lado, el sentido común le dice que es una locura la reelección.

Podrán reunir, no dos millones de firmas de muertos de hambre con tarjetas solidaridad, bono gas y otras migajas del poder, podrán reunir cinco millones: ¡La reelección no pasará!  La Constitución de Leonel  no deja dudas en su artículo 124 cuando dice que el Poder Ejecutivo “será elegido cada cuatro años por voto directo y no podrá ser electo para el período constitucional siguiente”. Y, que conste, la Constitución rige para lo inmediato. ¡Más claro de ahí, ni el agua!

Ahora bien, no importa lo que hagan los ingenieros constitucionalistas, periodistas, abogados y funcionarios para que el Presidente se mantenga en el poder más allá de lo que ordena la Ley, la gente está harta del actual régimen, de sus  mentiras, de sus promesas incumplidas, del saqueo del patrimonio público, del narcotráfico, el crimen y la delincuencia, patrocinados desde las alturas del poder.

El presidente Fernández sólo podrá quedarse en el gobierno declarándose un dictador, no solo en el fondo, como ya lo es, sino en la forma, autoritaria y brutal, dando un autogolpe de Estado que sería rechazado por el pueblo y por la comunidad internacional, que se dará cuenta que la pose de civilista no era más que eso, una pose.

El Presidente ya no la tiene todas consigo. Ya perdió el encanto, el brillo. Ya no convence cuando habla. Sus discursos repetitivos, sus frases huecas, su apariencia intelectual, no concitan la atención de la gente que ahora lo ve falso y presumido. Ha dicho tantas mentiras que su nariz, cual Pinocho del Caribe, es más grande que el Obelisco del Malecón.

Si por encima de la Constitución, del sentido común, de su propia inteligencia, incluso, decide lanzarse a la aventura reeleccionista, será derrotado en las elecciones venideras no importa cuántos millones del Presupuesto de la Nación utilice, como lo ha hecho en otras ocasiones. ¡La reelección no pasará!

Si el Presidente Fernández escucha las voces de los que quieren reelegir la corrupción y el robo, el narcotráfico y el crimen, la depredación ética y moral, que caracterizan su gobierno, terminará dividiendo el PLD y creando una situación política de inestabilidad permanente que pondría en peligro la relativa paz social existente.

La situación del PLD y del gobierno no es buena. La imagen de ambos se ha deteriorado mucho. Con el Uno, con el Dos, con el Tres o el Cinco, perderán las elecciones del 2012. El invento de llevar al número Dos con la Primera Dama será un fracaso.

Lo único que salva al grupo de Palacio es una división grande del PRD que ya escogió a Hipólito Mejía como su candidato a la Presidencia de la República, algo que hoy es casi imposible. ¡El que se va del PRD se va solo! Se puede llevar un 2 o 3%. No más. Y como el descontento con el gobierno de Leonel y el PLD es tan grande, ese porcentaje no impediría la victoria. Por lo tanto, que nadie se asuste por el acto reeleccionista de hoy, ni por los dos millones de firmas compradas, ni por la bulla de las bocinas en los medios de comunicación.

Por  más que griten y salten, por más travesuras que hagan,  “¡e pa fuera que van!”

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