x

¨Día por día¨

Escuchar el artículo
Detener

La confusión de roles es uno de los signos peores del subdesarrollo y la debilidad institucional. Vemos frecuentemente cómo cada dependencia estatal quisiera tener sus propios departamentos de “obras públicas” o “seguridad”, aunque su función sea radicalmente diferente.

Hasta la republicana división de poderes padece por esta equivocación, pues las cámaras legislativas dedican parte de su propio presupuesto a labores propias del Ministerio de Salud o a filantropía y subsidios a cargo de diputados y senadores.

A cada rato ciertos despistados exigen a empresas privadas solucionar problemas que competen a poderes públicos.

El colmo de los colmos lo vi ayer, cuando un sacerdote católico en plena misa opinó que –para ser más efectivos combatiendo la delincuencia— los policías no deben “dar chance” a los sospechosos. Aunque tras exclamar “¡nada de chance!” el capellán Alejandro Cabrera abogó por apresar y procesar judicialmente a los pillos, en el lenguaje cifrado policial “no dar chance” equivale a ejecutarlos o asesinarlos.

Quizás convendría más que curas y pastores hagan mejor su trabajo evangelizador. ¡Ay, Apeles!

Comenta con facebook
Recientes
Contenido más reciente en Noticias SIN

Nuevo estudio sugiere que el vapeo puede causar mutaciones en el ADN que aumentan el riesgo de cáncer

La viral transformación física de Ethan Suplee, actor de «Me llamo Earl»

Esperan llegada al país de hijos de Osvaldo Virgil para iniciar honores fúnebres

Consejo de Seguridad renueva por un año la misión policial internacional para Haití

Los muertos por Helene superan los 100 en Estados Unidos, según Biden

Haití dice que renovación de misión multinacional solo alivia parcialmente la inseguridad

Giorgio Siladi celebra 15 años de trayectoria en Escenario 360

Muere Dikembe Mutombo de cáncer cerebral