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Batalla Electoral 2024

¿Y qué quiere Hipólito?

El país sabe que Hipólito Mejía juega limpio a la política, que es incapaz de montar un fraude para salir airoso en una contienda electoral. Cuando cometió el error de intentar reelegirse pudo, pese a la crisis económica de entonces, mantenerse en el poder haciendo las cosas que le aconsejaron  estrategas nacionales e internacionales, algunos de los cuales hoy están en su contra. Cuando le fueron a vender “la cadena” para un fraude que le reportaría más de 250 mil votos, según sus promotores, se negó, aunque ingenuamente permitió que el PLD la comprara. Cuando  un famoso periodista se le acercó para “encargarme de Leonel”,  por cuatro millones de pesos mensuales, dijo que no. Cuando imprimieron un millón de ejemplares de un álbum de la corrupción en contra de Leonel Fernández, hubo que quemarlo porque  lo consideró infamante.

Hipólito ganó fama de tacaño por no dilapidar el dinero del presupuesto nacional. Prohibió que las canastas navideñas del gobierno llevaran frutas de la época como manzanas  uvas porque su hijo, Ramón Hipólito, era el principal importador del país. Cuando se dio cuenta que las canastas eran un gran negocio, las prohibió. Durante el gobierno de Hipólito hubo corrupción -¡claro que sí!- pero él no la apadrinó ni la protegió. Al contrario, se convirtió en un muro de contención. Muchas veces lo vi enfurecido defendiendo el dinero del presupuesto nacional, muchas veces lo escuché decir: “No, no se puede”. Muchas veces lo escuché decir frente a un rumor de corrupción: “Si esa vaina es verdad que pague las consecuencia, que lo metan preso”. (Estoy seguro que esa actitud recta y responsable, es la causa de que muchos ex funcionarios de su gobierno no lo quieran otra vez de presidente de la República).

No hay un solo dirigente del Partido Reformista o del PLD que Hipólito haya comprado. Al doctor Balaguer y su gente los trató con respeto. De igual modo, no hay un dirigente del PRD que Hipólito haya comprado durante este proceso interno. Al contrario, algunos del grupo que le adversa se les han ofertado, pero los ha rechazado. Me consta. Hipólito no quiere a nadie a su lado por dinero. “El que quiera dinero sabe donde debe ir”, ha dicho más de en varias reuniones.

Con esa visión, y esa actitud, decente y honesta, es que Hipólito quiere ganar la convención del PRD, porque le dará fuerza moral para enfrentar la corrupción desde la presidencia  de la República. Contrario a su adversario, Hipólito no tiene un proyecto económico, tiene un proyecto político a favor de la nación. No permitirá que la corrupción le siga costando al pueblo más de cien mil millones de pesos anuales.

Hipólito no busca la presidencia de la República para aumentar su fortuna, ni para enriquecer a sus amigos y colaboradores. Hipólito está pensando en su pueblo, en el legado que le dejará a sus hijos y sus nietos. Está pensando en la historia.  No en balde su corriente se llama “Proyecto República Dominicana. (PRD)”.  Es decir, partido-país.

Hipólito busca ganar limpiamente la convención. No hará trampas, como no las hizo antes. Pero tampoco permitirá que otro la haga. Hipólito quiere que la elección sea dentro de un ambiente libre y democrático. Hipólito no quiere ganar por las buenas o por las malas. Con votos o sin votos. En paz o violentamente. No. Hipólito quiere que el día de las elecciones la gente vote en paz, en orden, sin contratiempos en las mesas, sin dislocamientos, sin compra de votos en las mesas, sin actas falsas, sin intento de reeditar “la cadena”, sin atropellos, sin tumultos, sin robos de urnas, sin amenazas de muerte, ni represión, porque es la única manera de que el PRD salga fortalecido y unido de su convención. Pero los  adversarios de Hipólito al parecer no quieren lo mismo…

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