“La crisis electoral de 1994”

José Báez Guerrero

El título de mi artículo de hoy es del libro del embajador canadiense John W. Graham, quien como funcionario de la OEA fuera el principal mediador internacional de la crisis post-electoral dominicana en 1994.

La Fundación Cultural Dominicana, que preside el distinguido ciudadano Bernardo Vega, entrega a los lectores dominicanos su publicación número 80, un hito editorial que merece reconocimiento y una felicitación al licenciado Vega, cuya curiosidad intelectual lo ha hecho destacarse en la arqueología, la historia, las finanzas públicas y la economía, la política, la diplomacia y el periodismo.

Pese a ser un hecho relativamente reciente, la crisis política de 1994 ocurrió cuando casi la mitad de los dominicanos vivos hoy no tenían aún cédula o no habían nacido. Si pensamos en cuánta gente mayor de edad ha muerto desde 1994, se concluye que muy pocos dominicanos del 2011 recuerdan los detalles de ese dramático verano de
1994.

Previo al 16 de mayo de ese año, las encuestas indicaban que la elección sería muy cerrada, siendo los punteros el Presidente Balaguer y el doctor José Francisco Peña Gómez, cuyo candidato vicepresidencial era Fernando Álvarez Bogaert. El PLD, que en 1990 casi le gana las elecciones a Balaguer, lucía rezagado por el deterioro de su líder Juan Bosch, cuyo compañero de fórmula era Leonel Fernández.

Pese a que los observadores nacionales e internacionales, según relata Graham, estaban preocupados por deficiencias de la Junta Central Electoral, no había previo a la votación ningún indicio de que se estuviera preparando algún fraude. Pero desde el mismo día de la elección, el PRD comenzó a alegar que se había eliminado de las listas
de votantes, de manera selectiva, a ciudadanos perredeístas, a quienes se les impidió sufragar. Expertos extranjeros pagados por la USAID luego determinaron que quizás se había excluido deliberadamente a un grupo de votantes que presumiblemente votarían por el PRD y cuyo número era mayor que el de la estrecha diferencia que daba como ganador a Balaguer.

En base a ello, aún sin que se hubiese realizado un real experticio, la presión montada por el PRD y Peña Gómez, con apoyo internacional y de una parte del empresariado, concluyó recortando el período a dos años y a nuevas elecciones en 1996. Esta crisis de 1994, pues, es la génesis del arribo al poder de Leonel Fernández. El libro merece
leerse.