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Batalla Electoral 2024

Excelente decisión

Nuestra falla, permitir su estadía irregular, no puede pagarse regalando la ciudadanía. Hemos ido componiendo el tollo, pero apuesten que viene candela. ¡Vecinos pirómanos, caray!

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El rechazo por la Suprema Corte del recurso de casación de la haitiana Yulién Deguis Pierre atacando una sentencia que esencialmente ratificó que ella no es dominicana, conforme a nuestra Constitución, debería finiquitar judicialmente el ilegal reclamo de otros que alegan erróneamente ser dominicanos. Pero la cuestión trasciende lo jurídico. 

Es inequívoca la claridad de la zarandeada sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional ratificando que los hijos de extranjeros en tránsito, o ilegalmente residentes aquí, no son dominicanos por nacer aquí. Si nacieran en Estados Unidos, con leyes distintas, serían estadounidenses. Pese a la clara diferencia, muchas autoridades extranjeras y parte de la opinión pública creen la falacia de que la sentencia 168-13 “quitó” nuestra nacionalidad –que nunca tuvieron— a varios miles de haitianos. Peor es la mentira de que por culpa nuestra son “apátridas”, cuando son inequívocamente haitianos, indocumentados por las deficiencias de su registro civil. 

Nuestra falla, permitir su estadía irregular, no puede pagarse regalando la ciudadanía. Hemos ido componiendo el tollo, pero apuesten que viene candela. ¡Vecinos pirómanos, caray! 

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