Diplomacia pontificia en 1965: el Papa Pablo VI evitó durante intervención una violencia más fuerte al pueblo dominican

(El autor de este artículo fue Embajador en Roma del 2009 al 2020).

Se ha escrito prácticamente muy poco sobre la misión o esfuerzos realizados en el 1965 para conseguirle una salida a la crisis dominicana de parte de la Diplomacia Pontificia, esto es, de la organización internacional de que disponen la Iglesia Católica y su líder para ayudar en las crisis humanitarias que producen las guerras.

A veces se ve, pero otras veces la discreción impide que se palpe o compruebe la eficacia de la diplomacia del sucesor de San Pedro.

La verdad es que en 1965 el Nuncio Apostólico o embajador del Papa acreditado en el país, y sobre todo el mismo Papa Pablo VI, desempeñaron un importante papel para evitar un mayor derramamiento de sangre durante el conflicto que empezó en la República Dominicana el 24 de abril y se apaciguó a partir del 3 de septiembre con la instalación de un Gobierno provisional.

Sus mediaciones, mensajes radiofónicos, el respeto que generaban, contribuyeron a apaciguar la violencia aplastante de las tropas extranjeras invasoras frente a la resistencia de los soldados y civiles que trataban de que fuese normalizada la vida institucional de la Nación Dominicana.

La autoridad moral, religiosa y diplomática de Pablo VI evitó que las tropas norteamericanas ocuparan la zona intramuros y destruyeran importantes monumentos históricos y religiosos de la Primera Ciudad del Nuevo Mundo.

Este Papa conocía por muchas referencias al Pueblo de la República Dominicana.

Incluso Pablo VI se esperaba que visitara nuestro país en marzo de 1965, y pospuso su presencia y envió un Delegado a los congresos marianos que se celebraron en nuestro país el mes anterior al estallido de Abril de 1965.

Rumores de inseguridad ya existían en marzo de 1965, pues se preparaba un levantamiento militar y popular para restituir en el poder al presidente derrocado el 25 de septiembre de 1963: Juan Bosch.

Los congresos católicos marianos internacionales fueron programados en 1964 y debían celebrarse en Canadá, pero Pablo VI decidió que la sede fuera la República Dominicana para él estar presente.

Las pruebas de esta disposición del Papa a estar presente en los congresos en la República Dominicana están escritas y fueron publicadas en un libro de la Academia Mariana Internacional.

Hubiese sido el primer Papa en pisar tierra de América, en Santo Domingo, ya que Pablo VI estuvo después en 1968 en Colombia, y luego le correspondió en 1979 a Juan Pablo II visitar nuestro país cuando comenzó su primer viaje apostólico en Santo Domingo en enero de 1979.

El Caso del Monasterio de Montecasino:

En 1964, meses antes de que estallara el conflicto militar y civil en la República Dominicana, Pablo VI bendijo y reinauguró el Monasterio de Montecasino situado en la región del Lazio en la cual están situados tanto la ciudad del Vaticano como la misma Roma o Ciudad Eterna.

Montecasino había sido destruído por los bombardeos aéreos de los Estados Unidos durante los meses que transcurrieron en la batalla que se produjo entre los alemanes y las fuerzas que ocuparon Italia desde el mes de septiembre de 1943 al mes de mayo de 1944 durante la Segunda Guerra Mundial.

Italia había sido un teatro generalizado de batallas dos decenios antes de la crisis dominicana de 1965.

Desde el Centro de la Fe Católica Universal:

Vivir en paz, armonía, amistad, conciliación, cooperación y mutuo respeto entre seres humanos es el más profundo anhelo del corazón.

La envidia, el egoísmo, la competencia irracional y conflictiva obstaculizan el sueño ideal de la vida sin conflictos personales, individuales, familiares, comunitarios, aldeanos, ciudadanos, nacionales, regionales, continentales, globales y universales.

Roma, centro de la Cristiandad católica occidental, universal, si se pudiera también considerar, a través del Magisterio del Papa en las últimas décadas y especialmente desde 1962 con la Encíclica Pace in Terris, Paz en la Tierra, de San Juan XXIII, la Iglesia ha buscado esa armonía que reclama la existencia de los seres que habitan el suelo del planeta donde nacimos, desarrollamos nuestra vida y finalmente descansamos con la esperanza de una nueva vida para quienes concluimos la jornada en este mundo y para los que siguen en él y para quienes nacerán y nacerán.

El instrumento para alcanzar ese propósito del cual se vale la Santa Sede a través de los organismos del Estado de la Ciudad del Vaticano, las Congregaciones, la Secretaría de Estado y sus redes en más de 180 países es la diplomacia.

La actividad diplomática de la Santa Sede ha sido notable durante los años que transcurrieron a partir de 1941, cuando Benito Mussolini, primer ministro de Italia que en 1929 reconoció la soberanía del Estado del Vaticano, involucró a la Península Italiana en la Segunda Guerra Mundial iniciada el 1 de septiembre de 1939 con la invasión de Polonia por parte del ejército de la Alemania Nazista.

Ciudad Abierta o Neutral Bombardeada:

A mediados de 1943 Mussolini era destituido por el Gran Consejo Fascista, dos años después de que Mussolini le declarara la guerra a los Estados Unidos, a Inglaterra y a la Unión Soviética.

Ante la posibilidad de que fuese destruida con sus monumentos y riquezas culturales de más de dos milenios, Roma fue declarada Ciudad Abierta el día 14 de agosto de 1943, buscando un amparo en una sombrilla de neutralidad, con la figura del Papa Pio XII (Eugenio Pacelli) como protectora.

El presidente de los Estados Unidos, Franklyn Delano Roosevelt, de alguna manera concertó con el Papa Pacelli y aprobó su esfuerzo torpedeado por las fuerzas de ocupación alemanas y los italianos fascistas.

Sin embargo, la ciudad de Roma y sus habitantes sufrieron bombardeos de los aviones de los Estados Unidos y de Inglaterra. Miles de muertos y heridos, edificios destruidos a partir de mediados de 1943 y hasta el ingreso en la Ciudad Eterna de las fuerzas aliadas el 4 de junio de 1944.

El Rol de Monseñor Montini (Pablo VI):

Al fundarse la Organización de las Naciones Unidas en 1945, desde entonces los procesos de descolonización y creación de nuevos Estados dieron lugar a nuevas situaciones en el panorama mundial que favorecieron el accionar de la diplomacia pontificia.

Un experimentado sacerdote, egresado de la Academia Eclesiástica, funcionario de experiencia durante el papado de Pío XII desempeñó un rol estelar en el ejercicio diplomático vaticano de post guerra.

Su nombre era Giovanni Montini, Sustituto de la Secretaría de Estado de la Santa Sede durante la Segunda Guerra Mundial, acompañante de Pío XII en sus recorridos entre la población romana hambrienta y desorientada durante los angustiosos días que transcurrieron después de los bombardeos que produjeron miles de víctimas y heridos a partir del 16 de Julio de 1943.

Monseñor Montini había de ser posteriormente Arzobispo de Milano y al iniciarse el verano de 1963 ya era el Papa Pablo VI, con un pontificado de quince años que concluyó en agosto de 1978 abrumado en la tristeza que le produjo el secuestro y asesinato de su amigo y ex primer ministro demócrata cristiano Aldo Moro entre los meses de marzo y mayo.

Los esfuerzos en 1962 por la paz del mundo de Juan XXIII frente a la amenaza de una posible guerra con armas atómicas, fueron continuados por Pablo VI. Fue el primer Papa en pronunciar un discurso ante la Asamblea de Naciones Unidas, en octubre de 1965, y el primero de los continuadores del Magisterio de San Pedro que viajó por avión a todos los continentes del globo terráqueo.

La Solidaridad con Nuestro País:

El 28 de Abril de 1965 los Estados Unidos iniciaron una intervención masiva unilateral en el territorio de la isla Española, parte este, República Dominicana, con uno entre tantos alegatos de que los comunistas estaban matando monjas y sacerdotes.

La Iglesia de Roma comprobó que era una falsa versión, y trabajó a través del Nuncio Apostólico en el hallazgo de una solución pacífica al conflicto desatado por un golpe de Estado que en septiembre de 1963 derrocó el primer gobierno electo en elecciones libres después del final del régimen de Rafael Trujillo que en 1954 suscribió el Concordato cuando monseñor Montini era funcionario del Vaticano.

Como Papa, Giovanni Montini prestó atención a la crisis dominicana de 1965 y dirigió mensajes públicos sobre el tema que están registrados en documentos públicos de la Santa Sede. Pablo VI estuvo en octubre de 1965 en Nueva York y habló ante la Asamblea de las Naciones Unidas, y sostuvo conversaciones con el presidente de los Estados Unidos Lyndon Baynes Johnson.

Johnson fue quien ordenó la intervención de decenas de miles de soldados en la República Dominicana el 28 de abril de 1965 con la falsa versión de que estaban siendo asesinados hasta curas y monjas. Pablo VI sabía que eso era mentira.

El Papa Juan Pablo I y el II:

El sucesor del Papa Montini apenas duró un mes en el sillón de San Pedro. Juan Pablo I murió en circunstancias extrañas, y no tuvo tiempo de ejercer o dirigir esfuerzos diplomáticos. Después asumió un Cardenal procedente de Polonia, Arzobispo de Cracovia, actor y sacerdote que había sido soldado durante la Segunda Guerra Mundial.

Carol Wojtyla, su nombre, era de un cristiano patriota a la vez, con el sueño de una patria libre que renació en 1919 tras la Primera Guerra Mundial y siglos de sumisión de su país. Los polacos del gobierno de Polonia en el exilio participaron entre los ejércitos de más de veinte países que invadieron la Península Italiana para luchar contra el régimen fascista de Mussolini y las tropas de ocupación de la Alemania de Adolfo Hitler que ocupó Polonia en 1939.

Juan Pablo II, fallecido en el 2005 y canonizado en el 2014, sentó récords con la cantidad de viajes apostólicos y diplomáticos durante su gestión de 27 años como cabeza de la Sede Apostólica de Roma.

Su misión política fue determinante más que influyente en la caída de los regímenes europeos orientales asociados con el sistema soviético liderado hasta 1991 por Rusia. Pero también fueron importantes sus mediaciones en conflictos que desangraron las Américas, como por ejemplo las insurgencias revolucionarias de Centroamérica y los enfrentamientos entre Inglaterra y Argentina por las Islas Malvinas, y las divergencias entre Chile y la Argentina por sus límites marítimos y el Canal de Beagle.

El respeto a los derechos humanos, anteriormente desconocidos por la potencia hegemónica del continente americano, podría afirmarse que se consolidó después de la presidencia norteamericana de Jimmy Carter y del largo papado de San Juan Pablo II. Atrás quedaron los horrores de las tiranías y dictaduras que atropellaron a los pueblos latinoamericanos.

Siempre República Dominicana Primero:

Esa nueva tarea por la paz en el mundo y Latinoamérica fue iniciada por Juan Pablo II durante los días 25 y 26 de enero de 1979 en territorio de la República Dominicana, primer país que recibió una visita apostólica del papa que continuaba trillando el camino trazado por Pablo VI.

El resto de enero de 1979 el Papa Carol Wojtyla los pasó en la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Puebla, durante una visita apostólica a Mexico, segunda visita. En 1984 pasó de nuevo dos días en otro viaje apostólico en Santo Domingo, y retornó en octubre de 1992 para pasar una semana en Santo Domingo e Higuey, República Dominicana, para conmemorar los 500 años del inicio de la Evangelización en Tierras Americanas que tuvo lugar en 1492 el territorio de la isla Española donde se formó el pueblo dominicano.

El Papa Juan Pablo II concentró una buena proporción del trabajo diplomático de la Santa Sede en su búsqueda de paz y la concordia en el Medio Oriente. Trató de evitar las consecuencias desgarradoras producidas por la invasión de un conjunto de fuerzas mancomunadas para invadir Irak.

Benedicto XVI:

En 2005 el nuevo Papa Benedicto XVI (Josef Ratzinger), siguió los mismos pasos de Juan Pablo II y viajó a Israel, Palestina, Jordania, Líbano y otros puntos geográficos claves de esa convulsionada región. Además estuvo en Australia, Estados Unidos, Alemania, Angola, Camerún, México, Cuba, Brasil, España, Francia y otros países claves del tablero diplomático internacional de la organización las Naciones Unidas. Allí en la Asamblea General el Papa Benedicto XVI también habló.

La misma línea de la diplomacia de la paz ha continuado Francisco, el Papa Bergoglio argentino elegido el 13 de marzo del 2013 luego de la renuncia de Benedicto efectiva el 27 de febrero del mismo año. Francisco ha tenido el privilegio, entre otros, de ser el primer papa que ha visitado Irak, y ha proseguido el acercamiento de la Santa Sede promovida por Pablo VI hacia los demás credos cristianos o no.

Papa Francisco:

Un importante papel de la diplomacia de Francisco lo jugó en el conflicto en Siria cuando evitó en 2013 un enfrentamiento entre los efectivos militares de Rusia y los Estados Unidos. Para tratar este tema los embajadores fuimos convocados a una reunión en la cual se dieron a conocer los pasos del plan de la diplomacia pontificia para evitar una confrontación mayor de las superpotencias. No obstante, al año siguiente surgió el denominado Estado Islámico y se multiplicaron los actos terroristas en el año 2015.

Después se hicieron notar otros grupos especialmente en Africa. La Policía de Italia desde entonces clausuró el tránsito de vehículos por la famosa avenida de la Conciliazione, símbolo de los Pactos Lateranenses de 1929 que dieron origen al Estado de la Ciudad del Vaticano.

Una Experiencia Personal:

Unos detalles que quisiera resaltar aquí en mi experiencia personal son los siguientes me pusieron a pensar en la lucha antiterrorista en Italia y la experiencia dominicana.

Coincidió mi reflexión con un encuentro o conferencia el viernes 20 de noviembre 2015 con varios expositores sobre medidas de seguridad que se estaban adoptando de parte de la Policía italiana con motivo del Año Jubilar o Santo que empezaba el 8 de diciembre. Asistieron funcionarios diplomáticos de las Embajadas bilaterales, ante el Vaticano y el Quirinale. El lugar era el más apropiado: la Academia de Policía en Roma. Y qué buena academia y gran capacidad de organización tienen…!!!

Es la Policía de Estado, que se encarga también de proteger los dignatarios que visitan Italia, donde también existen los Carabineros, que es policía militarizada con múltiples funciones policiales, militares y de asistencia a la justicia. Además, el Estado italiano cuenta con la Guardia de Finanzas y Fronteras, el Ejército de Tierra, el Ejército del Aire y la Marina Militar. Son 500,000 mujeres y hombres bajo las armas.

Todo ese aparato fue mobilizado para prevenir, sus acciones hicieron que fuesen desmenbradas células terroristas y se evitaran atentados. El Estado en Italia ha acumulado una gran experiencia con el terrorismo. Desde los mismos momentos de su fundación en 1861 como Reino de Italia, y luego desde 1946 como República Italiana.

Los clásicos atentados cometidos por anarquistas italianos fueron antecedentes de los que ejecutaron los revolucionarios rusos y de aquel famoso que ejecutaron los serbios en Sarajevo en 1914 contra el futuro heredero del trono del Imperio Austro-Húngaro, lo que contribuyó al estallido de la Primera Guerra Mundial.

El Secuestro de Aldo Moro:

En época reciente, en 1978, se registra el secuestro y asesinato del exprimer ministro Aldo Moro, y en 1992 volaron por los aires en menos de un mes los autos de dos jueces que luchaban contra la Mafia. Una facción musulmana en los años 80 realizó un ataque indiscriminado provocando numerosas víctimas en el Aeropuerto de Roma.

Antes, tanto los grupos extremistas de derecha e izquierda de Italia ejecutaban atentados terroristas que costaron la vida a cientos de personas. Recuerdo la bomba que estalló en la estación de trenes de Bolonia en agosto de 1980, que costó la vida a 78 personas y causó decenas de heridos.

Ese suceso ocurrió dos meses antes de mi primer viaje a Italia junto a Mario Alvarez Dugan, Aníbal de Castro y otros periodistas dominicanos que fuimos invitados por la empresa que explotaba los minerales de Pueblo Viejo, Cotuí. Viajé solo de Milano a Roma, y recuerdo mi paso por Bolonia afectada aún por aquel terrible acto genocida.

Ninguno de esos crímenes ha quedado impune, aunque se han revestido de supuesta naturaleza política. No hay amnistía para estos casos, y la gente los recuerda todavía.

Luego de asistir al encuentro policial y diplomático de seguridad, después del mediodía del viernes 20 de noviembre, hora de Roma, recibí del empresario José Luis (Pepín) Corripio una llamada por teléfono desde Asturias para conversar sobre varias cosas, una de ellas sobre detalles desconocidos de la historia de El Nacional de Ahora entre los años 1969 y 1973, cuando trabajé allí y Pepín no era aún el propietario de ese importantísimo periódico que ha estado presente narrando parte de la vida del pueblo dominicano posterior a la guerra civil y la ocupación militar de los Estados Unidos que sufrimos en 1965.

En la República Dominicana:

La caldera social y política estalló en 1965 al pasar cuatro años de la desaparición en 1961 de la tiranía que implantó Rafael Trujillo en 1930. El pueblo dominicano eligió en diciembre 20 de 1962 su Gobierno demócrata presidido por Juan Bosch desde el 27 de febrero de 1963. Una vez derrocado Bosch el 25 de septiembre de 1963, empezó a formarse el descontento que llevó a la guerra fractricida a partir del 24 de abril y a la intervención militar norteamericana del 28 del mismo mes.

Con estos antecedentes y circunstancias se fueron formando los medios nuevos de Comunicación Social en la República Dominicana.

Pepín Corripio hizo su primera inversión en medios en La Noticia, diario que fundamos los periodistas y trabajadores de la prensa que salimos de El Nacional de Ahora en enero 22 de 1973. A este grupo se sumó Radhamés Gómez Pepín, quien había dejado el vespertino de la San Martin un año antes que nosotros.

Con relación al terrorismo «moderno» inspirado en el fanatismo político religioso, debo recordar que nuestra generación vivió en carne propia cosas quizás no tan similares en los años 60.

No obstante, el terror del aparato del Estado en respuesta a las aventuras terroristas de algunos grupos de izquierda o de derecha aliados fue muy fuerte.