Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.
Hoy quiero compartir con ustedes la historia de Frédérec Soulié un autor francés que compuso algunas novelas y obras de teatro de no escaso valor literario. Nacido en Foix, el sur de Francia, 1800, murió a sus 47 años de edad en Biévres, cerca de París.
En su última y larga enfermedad, fue asistido por una hermana de la Caridad y observó que más de una vez que ella pasaba entre sus dedos cuentas de un Rosario en sus momentos de descanso. Picado por la curiosidad, un día le preguntó: ¿Qué reza usted hermana?
Rezo el Rosario le contestó ella. ¿Y eso que es? ¿Usted, ese gran literato –dijo la hermana- de verdad no sabe lo que es el Rosario? Pues…no, ¿Me lo quiere explicar?
La hermana no se hizo de rogar. Y acto seguido, empezó por preguntarle: ¿Usted sabe el Padrenuestro? Hace años que no rezo, pero…seguramente me acordaré.
¿Y el Avemaría? Inquirió la monjita. Tal vez, también la recordaré. Entonces, pues, vamos a empezar. ¿A empezar el que?
A meditar sobre los quince misterios de la Pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Cada Misterio, un Padre nuestro y diez Avemarías. Eso es rezar el Rosario. ¿Lo empezamos?
Le pasó el Rosario al literato francés y se oyó la voz débil pero emocionada de este diciendo: El primer misterio.
¡De gozo! – Dijo la hermana como un eco de su gozo interior.
Después de 40 años este hombre aprendió a rezar el Rosario.
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