En febrero del presente año anunciábamos que la aprobación de la Ley No.13-20 en el Congreso Nacional (por abrumadora mayoría, que entre los presentes en la Cámara de Diputados superó el 98%) se presentaba como una rebaja a la comisión que cobran las AFP y por ende a sus ganancias, y esto era un truco grosero.
Antes, las AFP cobraban una comisión administrativa mensual igual al 0.5% del salario cotizable, aportado por trabajadores y empleadores, y una comisión anual complementaria por los rendimientos extraordinarios de las inversiones, en torno al 25%. Esta segunda comisión era el grueso de sus ingresos, y dependía de cuán mejor o peor les fuera a las inversiones. La Ley No.13-20 eliminó ambas y las sustituyó.
Ante el “cambio” dijimos: “volvemos a afirmar que no es cierto que vayan a bajar las ganancias. Está clarito: cobrarán una comisión aparentemente más baja pero no lo harán de la rentabilidad como hasta ahora, sino de los fondos totales administrados. Truco para bobos. Van a ganar más y además con más estabilidad y seguridad”, añadiendo a continuación: “Con el esquema nuevo, que disminuye la comisión a un 0.75%, pero ahora se calculará sobre el total de los saldos administrados, verán la gloria. Consiguen un bajadero mediático a su escandaloso negocio, aparentan compasión y generosidad, mientras engordan más aún y no se toca nada importante en favor de la gente. Eso se llama poder”.
En ese momento estimamos que con la nueva comisión las AFP se liberaban de los vaivenes del mercado y, mientras los ingresos aumentaran al aumentar los afiliados, los ingresos operacionales de las AFP pasarían de 4 mil 787 millones de pesos en 2018 a 16 mil 876 millones en 2029 ¡Más que el triple en diez años! Y proyectamos que si de 2004 a 2018 las AFP se ganaron 33 mil 496 millones de pesos, entre 2020 y 2029 se ganarían 47 mil 748 millones. ¡Vaya forma de “bajar las ganancias”!
Pero es peor de ahí. Como mostramos en nuestro artículo la semana pasada, las AFP lograron una victoria aún más asombrosa: pueden ganar no sólo independientemente de cómo marchen las inversiones, sino aunque baje la cantidad de cotizantes.
En efecto, en pleno Estado de Emergencia, cuando el PIB dominicano decrecerá en -5.3%, con 800,762 suspendidos y un número indeterminado de desahuciados, y 600 mil cotizantes menos (un 33%), de enero a junio las AFP lograron ganancias por 2,035 millones de pesos, por encima de las ganancias obtenidas en el mismo período en los años 2016, 2017 y 2018.
Hoy, las AFP con más cotizantes capturados son Popular, Crecer, Siembra y -lamentablemente, pues debería jugar otro rol- Reservas. Y en ese mismo orden son también las que tienen en sus manos los mayores acumulados de las cuentas de la gente, y sacan los mayores beneficios del total de RD$603,411,435,316 que manejan.
Todo eso en base al sudor de 1,444,917 de cotizantes activos y 4,218,344 dominicanas y dominicanos afiliados, 70,417 empresas, más todas las entidades públicas, y los impuestos que salen de nuestros bolsillos para pagar la deuda pública y los papeles del Banco Central en que invierten el 80% de nuestro propio dinero.
Este sistema de ganancia financiera parasitaria no puede ni quiere hacer nada por el país en la crisis ni tampoco por las pensiones de la gente. ¿Tomaremos las medidas y haremos los cambios en serio que la nación necesita o seguiremos como el gallo que pica donde el dueño pone el ojo?
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