Vengo maestro, porque por ahí dice que soy un tonto que sirvo para nada, que soy un imbécil que hago todo lo que me piden al revés, que no sirvo para nada. Tu vienes con ese problema yo no puedo ayudarte yo tengo un problema también, si me puedes resolver el mío de una deuda que tengo yo te podre ayudar a resolver el tuyo, entonces se saco un anillo que tenía en su dedo pulgar y le dijo al joven, anda a una joyería que esta al voltear la cuadra y pregunta cuánto dan por él, no te aparezcas aquí con menos de una moneda de oro que es lo yo necesito para pagar mi deuda. El joyero le ofreció tres monedas de plata y le dijo vete a una joyería que está a dos cuadras de aquí le dijo el muchacho, el dueño quiere una moneda de oro por el anillo, los que allí estaban se echaron a reír. Entonces el joven se fue a otra joyería que le había dicho el otro y le dijo, le doy una moneda de oro por el anillo, y le dijo vaya una joyería que esta a una cuadra de aquí a ver si le dan más, el joven se fue a la otra joyería y el joyero le ofreció 50 monedas de oro y le dijo al joyero 50 monedas de oro usted me da por el anillo, el joven quería estar seguro de lo que le estaba diciendo, es verdad que en otro tiempo podía valer hasta 70 monedas de oro, y el joven lo dio. Y lo vendió, y se fue al maestro y le dijo le traigo una sorpresa, me han dado 50 monedas de oro, por el anillo y el maestro le dijo: Siente y escucha: Tú eres como ese anillo. Que no importa la que la gente diga lo importante, es Dios piense de ti, y lo es lo que vales lo que quieres valer.
Hasta la próxima, y muchas bendiciones para todos.
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