REDACCIÓN INTERNACIONAL.- La mascarilla será la gran aliada para las personas con alergia esta primavera: actúa como filtro y reduce el grado de exposición al polen. Pero, además, para prevenir los clásicos síntomas de la alergia, es necesario seguir una serie de consejos como llevar puestas las gafas de sol, evitar tender la ropa en el exterior o mantener las ventanas de casa cerradas durante las horas de mayor concentración de polen
Las gramíneas son el tipo de planta que más alergia al polen causa en nuestro país. Hay alrededor de siete millones de personas afectadas. EFE/Fernando Alvarado
La primavera es la peor época del año para las personas con alergia al polen. Los expertos alertan de que este año, los niveles de polen serán elevados debido a la climatología:
“Las intensas nevadas que dejó el temporal ‘Filomena’ y el posterior deshielo han favorecido el crecimiento y desarrollo de las plantas. Las bajas temperaturas que hemos tenido durante semanas han contribuido a que enraícen mejor las gramíneas salvajes”, afirma el doctor Julio Maset, médico de Cinfa.
Este tipo de polen es muy alergénico y, además, crece de manera espontánea en áreas muy extensas y terrenos muy variados. No solo crecen en cultivo (el 20 % de la superficie vegetal del mundo son gramíneas), sino que además crecen de manera salvaje en descampados, arcenes…
En el sur de España, también es frecuente la alergia al polen de los olivos. También el ciprés, muy abundante en áreas metropolitanas pero, aunque libera grandes cantidades de polen, lo hace solo durante un periodo corto de tiempo, de tres a cuatro semanas.
Aunque el polen de plantas como las gramíneas resulta inofensivo para la mayor parte de las personas, el organismo de los pacientes alérgicos lo identifica como un agente invasor.
En los casos más graves, si la alergia no se trata, puede aparecer el asma alérgica.
Sin embargo, la que sería una primavera muy complicada para los alérgicos no lo será tanto gracias a un elemento ya convertido en cotidiano: la mascarilla.
Y recuerda que “es importante que esta mascarilla sea FFP2, puesto que la mascarilla quirúrgica no filtra tanto el polen”.
Aunque la mascarilla reduzca la exposición al polen, no hay que olvidar que unas sencillas precauciones en el día a día siempre son necesarias para ayudar a controlar esas molestias alérgicas:
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