WASHINGTON.- La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, destacó este martes que la relación con Latinoamérica va mucho más allá del comercio y, pese a reconocer que a veces es complicada, aseguró que su Gobierno cree en el potencial de la región.
Harris fue una de las ponentes de la 51ª Conferencia anual sobre las Américas, organizada por la Americas Society/Council of the Americas, en la que intervinieron varios miembros de la Administración del presidente estadounidense, Joe Biden.
A lo largo de sus discursos, los responsables de EE.UU. insistieron en el compromiso de su Ejecutivo de colaborar con los países de la región.
Harris no pudo ser más clara cuando subrayó que la fortaleza de EE.UU. depende de la fortaleza de las naciones del continente.
«De muchas maneras nuestros destinos están entrelazados, y esto es especialmente cierto con Latinoamérica, uno de nuestros socios comerciales que está creciendo más», señaló la vicepresidenta.
«Y nuestra relación es mayor que el comercio», siguió Harris, quien, no obstante, reconoció que es «compleja», en incluso en algunas ocasiones «increíblemente compleja».
«Imperativo» promover la democracia
En ese sentido, consideró que es «imperativo» promover la democracia y el buen gobierno en la región, así como la prosperidad y la seguridad.
E hizo hincapié en la lucha contra la corrupción en el Triángulo Norte -Guatemala, Honduras y El Salvador-, ya que mientras esta lacra persista, avisó, no es posible el progreso.
El Gobierno de EE.UU. tiene interés en que haya una mejora de las condiciones de vida en esas naciones para que sus ciudadanos opten por quedarse en sus lugares de origen y no emprendan la migración hacia el norte.
Harris detalló que su Administración está centrada en abordar factores como los huracanes, la pandemia, la sequía y la inseguridad alimentaria, así como «las causas de raíz» de la inmigración, como la corrupción, la violencia, la falta de buen gobierno y la pobreza.
Pero por muchos esfuerzos que EE.UU. ponga en «frenar la violencia, proporcionar ayuda frente a los desastres, afrontar la inseguridad alimentaria… No haremos ningún progreso significativo si la corrupción persiste en la región», remarcó.
Harris afirmó que la historia ha demostrado que cuando existe la corrupción un paso adelante supone dos pasos atrás, y lanzó una advertencia a El Salvador tras las destituciones de jueces de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y del fiscal general.
«Justo este fin de semana supimos que el Parlamento salvadoreño actuó para socavar la corte de mayor instancia de la nación», comenzó la responsable estadounidense, quien recordó que un Poder Judicial independiente «es crucial» para una democracia sana y una economía fuerte.
«Debemos responder», zanjó Harris.
Reunificar a las familias migrantes lo antes posible
Otro de los responsables del Gobierno de Biden que habló sobre inmigración durante la conferencia fue el secretario de Seguridad Nacional (DHS, en inglés), Alejandro Mayorkas, quien se centró en una de sus principales iniciativas, anunciada esta semana, la reunificación de las familias inmigrantes separadas.
El lunes, EE.UU. informó que iba a comenzar el proceso de reunificación de algunas de las familias de inmigrantes separadas por el Gobierno del exmandatario Donald Trump (2017-2021).
Este martes, EE.UU. permitirá la entrada de cuatro mujeres de México, Guatemala y Honduras, que en su día fueron alejadas de sus hijos en la frontera y deportadas a sus países de origen, para que se puedan reunir con ellos.
Mayorkas reiteró que después de estas mujeres habrá más familias y que el Gobierno estadounidense reunificará a los inmigrantes «lo más rápido» posible.
«Nuestra visión de la gestión migratoria y el sistema migratorio está basada en la creencia de que la gente debe ser tratada con dignidad y respeto», aseguró Mayorkas, quien agregó que esto es compatible con la aplicación de la ley y el mantenimiento de una frontera segura.
Venezuela en el punto de mira de EE.UU.
Más allá de la inmigración, el secretario de Estado, Antony Blinken, expuso en un discurso grabado, a diferencia del resto que fue en directo, la prioridades del Ejecutivo estadounidense en la región: «Revitalizar» el apoyo a la democracia, la lucha contra la pandemia y la mejora de las condiciones económicas.
Sobre el primer punto, el titular de Exteriores pidió aunar voces para defender la democracia en Latinoamérica y solicitar una reforma electoral en Nicaragua.
En su alocución, Blinken urgió a los países de la región «a hablar con una sola voz» para instar al Gobierno de Nicaragua a llevar a cabo «las reformas electorales necesarias para garantizar unas elecciones libres y justas este noviembre».
También animó al Ejecutivo de Haití a organizar comicios justos y libres para finales de este año y dedicó buena parte de su discurso a Venezuela.
A ese respecto, solicitó «condenar a aquellos que han pisoteado los derechos democráticos y humanos» en el país latinoamericano y acusó al Gobierno del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, de reprimir «de forma sistemática» los derechos de los ciudadanos.
«Sus abusos, la corrupción, la mala gestión… han alimentado la crisis humanitaria (en Venezuela) dejando a millones sin nada que comer o sin acceso a asistencia médica que salva vidas, y desplazando a millones», enumeró Blinken.
El jefe de la diplomacia de EE.UU. adelantó que su Gobierno seguirá trabajando con los aliados en la región para «aliviar el sufrimiento del pueblo venezolano y ejercer presión sobre el régimen».
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