SANTO DOMINGO.- Según los fiscales que llevan la acusación contra los imputados en la Operación Coral, los números no cuadran y que las actividades económicas de los imputados carecen de lógica.
Así lo han planteado al desglosar incrementos de patrimonio, movimientos bancarios y adquisición de inmuebles.
La primera fortuna en desglosar fue la de Adán Cáceres Silvestre. Previo a su entrada al Cuerpo Especializado de Seguridad Presidencial (CUSEP), Adán Cáceres Silvestre, tenía un apartamento asignado por decreto desde el 1998 y su salario era 35 mil pesos mensuales, según Ministerio Público.
Tras su ingreso al CUSEP, el salario neto de Adán Cáceres Silvestre, con todos los especialismos, era 245 mil pesos y su esposa no trabajaba, asegura Wilson Camacho.
16 de agosto de 2012 es designado en el cargo y el 11 de enero de 2013 compró sin financiamiento un inmueble por 1.3 millones de pesos y el 8 de febrero del 2013, adquirió otro inmueble, este por 9 millones de pesos.
De su lado Rafael Núñez de Aza ganó 15 millones de pesos, por concepto de salario entre 2004 y 2021, pero en una cuenta del Banco de Reservas el imputado movilizó 137 millones de pesos, según la fiscalía.
Núñez de Aza, declaró que era policía y también comerciante, en la DGII “estableció que por su actividad comercial había tenido actividades que le habían generado 43 millones”, pese a haber movido 177 millones en una cuenta de banco.
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