SAN FRANCISCO.- Una operación internacional con presencia de Estados Unidos, Alemania, Países Bajos y Rumanía desmanteló un mercado online en el que se vendían credenciales digitales robadas con nombres de usuario y contraseñas bancarias, informó este jueves el FBI.
El portal Slilpp -contra el que se dirigió la operación- estaba especializado en la compra-venta de identificadores de internet robados a usuarios, tales como credenciales bancarias, cuentas de telefonía móvil y cuentas en tiendas digitales.
El sitio web ofrecía desde 2012 «un foro y un sistema de pago» para que las transacciones con este material robado pudiesen producirse, apuntó el FBI en un comunicado.
Tras adquirir credenciales robadas, los compradores las usaban para llevar a cabo transacciones como envíos de dinero sin la autorización del titular de la cuenta.
La operación coordinada de los cuerpos policiales estadounidense, alemán, neerlandés y rumano permitió identificar varios servidores que albergaban la infraestructura digital y los dominios de Slilpp, que fueron incautados.
Pese a la incautación, este jueves se podía seguir accediendo al portal de Slilpp, según pudo comprobar Efe.
En el momento en que se incautaron los servidores, la página tenía a la venta más de 80 millones de credenciales robadas vinculadas a más de 1.400 negocios online de todo el mundo.
Según el FBI, hasta la fecha sólo se ha podido calcular una «fracción» de los daños financieros causados a las víctimas -muchas de ellas todavía no han denunciado los robos-, y la estimación en base a los datos de los que se dispone es que estos superan los 200 millones de dólares en pérdidas sólo en Estados Unidos.
Además de las incautaciones de servidores, más de una docena de personas han sido detenidas o demandadas en los últimos años en EE.UU. por haber estado vinculadas de alguna manera a las transacciones que se llevaban a cabo en Slilpp.
«El mercado de Slilpp presuntamente causó cientos de millones de dólares en pérdidas a víctimas en todo el mundo, al permitir a los compradores robar las identidades de otras personas, incluyendo estadounidenses», indicó el portavoz de la división de crímenes del Departamento de Justicia de EE.UU., Nicholas McQuaid.
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