SAN FRANCISCO DE MACORÍS.- Las esperanzas de los hijos del recluso asesinado en la Fortaleza Duarte de abrazar a su progenitor fuera de las rejas se desvanecieron el pasado lunes cuando recibieron la noticia de que su padre había muerto de varios disparos por otro reo.
A los descendientes de Fausto Francisco Guillen solo les ha quedado la opción de recibir en una maleta las pertenencias, acompañados del llanto desesperado y el clamor de justicia.
Con las lágrimas rodando por sus mejillas y un inconsolable llanto las hijas de Guillen recibieron en una maleta todas las propiedades que guardaba el occiso mientras cumplía una condena de 30 años, de los cuales había cumplido 19.
El fallecido tenía planeado pedir su libertad condicional, pero las balas disparadas por otro recluso se llevaron todas las ilusiones de él y su familia.
El motín en el que Guillen perdió la vida se originó la madrugada del lunes supuestamente por la exigencia de los reclusos para ser trasladados de la Fortaleza Duarte; sin embargo, una de las hijas de la víctima, identificada como Nicole Cepeda, denunció que a su padre lo mataron en medio de un atraco.
Según su versión y unos audios difundidos por la joven, a su padre le robaron 500 mil pesos en prendas y 600 mil pesos en efectivo con los que, según dijo, hacía negocio como prestamista.
En los audios difundidos por la joven se escucha el intercambio de palabras entre los atacantes que posteriormente le disparan.
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