VIENA.- Un estudio liderado por investigadores de la Universidad Médica de Viena revela que la duración óptima del tratamiento contra «el cáncer de mama con receptores hormonales positivos» puede reducirse de diez a siete años sin perder efectividad y eliminando efectos secundarios de las pacientes.
La investigación, en la que participaron 3.482 mujeres de 75 centros austríacos, se encuentra en la fase III y los científicos consideran que sus resultados están prácticamente listos para empezar a aplicarse clínicamente.
«Definir en siete años la duración óptima de la terapia nos ayuda a eliminar efectos secundarios evitables de, a la larga, millones de mujeres en todo el mundo», explicó a Efe el director del estudio, el cirujano Michael Gnant.
Miles de afectadas en todo el mundo
El cáncer de mama es el más extendido entre mujeres en el mundo y este subtipo concreto (con receptores hormonales positivos) es el más común entre pacientes posmenopaúsicas.
La peculiaridad de este tipo de cáncer es que en la parte externa de las células del tumor aparecen receptores (de estrógenos o progesterona) que se «alimentan» de estas hormonas para crecer más rápido.
Para combatirlo, las pacientes suelen recibir cirugía, radioterapia y, en la mayoría de casos, un tratamiento endocrino para bloquear la acción de las hormonas que genera muchos efectos secundarios en más del 70 % de los casos.
«Los efectos secundarios principales de la terapia antihormonal son sofocos, aumento de peso, disminución del deseo sexual, pérdida de cabello y aceleración de la osteoporosis, que a veces incluso provoca fracturas», explica Gnant.
Mejora en la calidad de vida
Hasta ahora, este tratamiento se aplicaba por un mínimo de 5 años y un máximo de 10, pero este estudio demuestra que es posible reducir su intensidad manteniendo los mismos resultados.
Muchas pacientes decidían prolongar el tratamiento por miedo a que la enfermedad pudiera reaparecer, explica Gnant.
Sin embargo, la investigación, en la que se controló a dos grupos de pacientes, uno bajo una terapia de 10 años y otro, con 7 años, revela que no es necesario someter tanto tiempo al cuerpo a una terapia endocrina.
Entre ambos grupos «no hubo diferencias en los resultados oncológicos (la supervivencia libre de enfermedad fue el criterio de valoración principal), por lo que 7 años es la duración óptima del tratamiento», insiste Gnant.
Los investigadores admiten sin embargo que cada caso es diferente y que, en pacientes más graves, puede que siga siendo beneficioso una terapia endocrina de mayor duración.
Para el resto de mujeres afectadas, este hallazgo les permitirá acortar sus tratamientos y mejorar su calidad de vida eliminando efectos adversos perjudiciales para la salud.
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