Este lunes hemos leído en la prensa un titular, que es -a mi juicio- una expresión lapidaria:
“A veces se piensa que la educación se resuelve tirándole más dinero y esa no es la solución.”
La posición es de Carlos Felipe Jaramillo, Vicepresidente del Banco Mundial para América Latina, en una entrevista con la periodista Inés Aizpún, de Diario Libre.
Desde el año 2013 destinamos el 4% del PIB a la Educación. Comenzamos con 100 mil millones de pesos, pero ya a 2020 había cerrado con 205 mil millones de pesos.
Calculando un promedio anual de 156 mil millones de pesos destinados al sector educación, en casi una década hemos volcado 1.4 billones.
Señores, estamos hablando de que los recursos transferidos a educación representan cerca de la mitad de los activos acumulados en el sistema financiero nacional.
Es decir, el Ministerio de Educación es la empresa más grande que tiene la República Dominicana; no hay otra de ese tamaño.
Recuerdo que en 2010 al presidente Leonel Fernández por poco se lo comen vivo cuando dijo que los problemas de educación no se limitaban solo a dinero. De hecho, indicó que había un falso debate sobre el 4%.
A casi una década de haber iniciado esas monumentales transferencias monetarias a Educación, es hora de pasar balance.
No se trata de partir de hechos aislados, como la escuela debajo de un árbol (que no debería ser), sino de ver con concreción qué hemos hecho, qué hemos logrado. A mi no me queda claro.
Quizás las sombrillas amarillas tienen que activarse para exigir capacidad gerencial.
Hasta la próxima.
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