ESTADOS UNIDOS.- El Consejo Municipal de Nueva York, de mayoría demócrata, votó hoy por 33 votos a favor y 14 en contra un proyecto que otorga el derecho al sufragio en elecciones municipales a residentes legales de la ciudad y a los poseedores de permiso de trabajo.
Demoró 12 años y cinco proyectos de ley tomar una medida semejante que beneficiará a 589.000 poseedores del permiso de residencia (Green Card), según la Oficina de Asuntos de Emigración de la Alcaldía, a los que se sumarán unas 300.000 personas con permisos de trabajo o estatus de protección temporal, así como los acogidos al programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), conocidos como «soñadores».
Para inscribirse para votar, según la medida, los no ciudadanos deben haber vivido en la ciudad durante 30 días, detalle que generó una intensa polémica hasta que el presidente del Consejo, Corey Johnson, impuso que se votara hoy.
Una gran parte de los beneficiarios son inmigrantes latinos, en su mayoría mexicanos como los activistas Ángel Salazar, Emily Prado y la vendedora ambulante Saraí Rodríguez, quienes hoy acudieron al Ayuntamiento para estar presentes en la votación.
Dominicanos, chinos y unos cien mil musulmanes de diversos países también cuentan entre los titulares del nuevo derecho, según la oficina del autor del proyecto de ley, el concejal Ydanis Rodríguez.
Ahora todos ellos podrán elegir a su alcalde, miembros del Consejo, al defensor del pueblo, el fiscal de cuentas, el fiscal del condado donde vivan y otros miembros de la judicatura, pero eso no incluye votaciones del estado ni federales.
Con esta votación, Nueva York se une a catorce jurisdicciones, en su mayoría en Maryland, que ya cuentan con este beneficio para sus residentes legales; en el lado opuesto, Arizona, Dakota del Norte, Florida, Colorado y Alabama prohíben el voto de los no ciudadanos en sus estados.
NUEVA YORK, UN EJEMPLO CONTRA LA ULTRADERECHA
«Nueva York demostró una vez más que está formado por líderes que entienden la importancia de mover la ciudad en una dirección diferente, que estamos en disposición de contrarrestar con ejemplos lo que está ocurriendo en Texas, donde la ultraderecha quiere reducir el derecho de los votantes», dijo Rodríguez a Efe tras la votación.
«Vamos a ser un ejemplo no solamente para otras ciudades, sino para la nación», afirmó y aseguró estar orgullo de que sus exestudiantes, a los que enseñaba historia, vean que «hemos estado cumpliendo con ser parte del equipo de hombres y mujeres que estamos escribiendo un capítulo nuevo para hacer avanzar la democracia en esta ciudad».
El concejal restó importancia a la amenaza de sus colegas republicanos de impugnar el proyecto, al destacar que fue revisado por abogados del Consejo municipal y de la Coalición del Inmigrante de Nueva York, que luchó por su aprobación.
Destacó además a Efe que este proyecto se trataba de hacer valer la democracia, de reconocer los aportes de los inmigrantes a la ciudad: «Pagan impuestos que luego los políticos decidimos cómo usar, reciben beneficios de la ciudad, crían aquí a sus hijos, que llevan a escuelas públicas pero no pueden votar. Es como mirar una película. Los han mantenido en la sombra y muchos políticos están cómodos con eso», comentó.
EMPODERAR A LOS MÁS HUMILDES
«Esto es una decisión política y el impacto será político. No es un problema de si es legal o no. Se trata de un temor a empoderar a un millón de personas, que no viven en lugares de clase alta. Viven donde están los tiros en los parques, en lugares donde hay desempleo, donde han establecido refugios para desamparados, donde no se proveen servicios de calidad», afirmó.
A partir del próximo noviembre, cuando debe comenzar el proceso de inscripción de estos votantes, «los que quieran buscar puestos (políticos) tendrán que sentarse con ellos a la mesa y discutir su agenda», aseguró Rodríguez, quien recordó su experiencia como beneficiario de la «green card» entre 1983 y el 2000, cuando obtuvo su ciudadanía.
Señaló que fue lavaplatos, taxista, obrero en una fábrica, maestro, estudiante y activista universitario, experiencias que -dijo- son similares a la de los inmigrantes a los que beneficiará su proyecto.
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