WASHINGTON.- Un nuevo análisis de las rocas de una montaña australiana descarta que hubiera una «bocanada de oxígeno» en la Tierra antes de la Gran Oxidación, un fenómeno ocurrido hace 2.300 millones de años cuando aumentaron los niveles de esta sustancia, lo que permitió más tarde el desarrollo de vida.
Un estudio publicado este miércoles en la revista Science Advances contradice investigaciones previas que sostienen que el oxígeno atmosférico ya existía antes de la Gran Oxidación.
El nuevo descubrimiento podría suponer un vuelco en el entendimiento sobre el pasado del planeta.
«Sin la bocanada de oxígeno de la que se hablaba en otros estudios previos, la comunidad científica debe revaluar de forma crítica su comprensión de la primera mitad de la historia de la Tierra», afirmó la autora principal del estudio, Sarah Slotznick, profesora de Ciencias Terrestres en la universidad de Dartmouth (Nuevo Hampshire).
Esta nueva investigación indica que los datos químicos extraídos de rocas del monte McRae Shale, en Australia y que data de hace 2.500 años, sugieren que el oxígeno atmosférico podría haber aparecido cientos de millones de años después de lo que se había pensado.
Asimismo, confirma que la atmósfera terrestre mostró niveles extremadamente bajos de oxígeno antes de la Gran Oxidación.
Otra de las autoras del estudio, Jena Johnson, profesora de Ciencias de la Tierra y Medioambientales en la universidad de Michigan (EE.UU.), subrayó que emplearon nuevas herramientas a la hora de llevar a cabo sus experimentos.
Esto les permitió hallar una serie de cambios, después de que los sedimentos se depositaran en el fondo marino, que pudieron ser los responsables de las evidencias químicas sobre la existencia de oxígeno en la Tierra.
Durante el último siglo ha existido la idea de que los niveles de oxígeno comenzaron a aumentar hace 2.000 millones de años, gracias a la Gran Oxigenación, lo que allanó el camino al desarrollo de formas de vida complejas como los animales y los humanos.
Investigaciones recientes sobre las señales químicas vinculadas al oxígeno habían apuntado a la aparición previa y de manera ocasional de bolsas de oxígeno, conocidas como «bocanadas».
En 2007, dos estudios paralelos encontraron pruebas de tales bocanadas en muestras del monte McRae Shale.
Otro de los autores del estudio actual, Josepf Kirschvink, profesor de Geobiología en Caltech (Instituto de Tecnología de California), subrayó que cuando los resultados de esas investigaciones se publicaron hace una décadas resultaron «sorprendentes».
Aun así, «los hallazgos parecían contradictorios con las pruebas abundantes de otros indicadores geológicos en contra de la presencia de oxígeno libre antes del evento de Gran Oxidación», dijo Kirschvink.
Los estudios de 2007 estaban basados en pruebas de oxidación y de reducción del sulfuro y de molibdeno, dos elementos empleados de forma amplia para probar la presencia de oxígeno atmosférico, ya que no puede medirse directamente en la roca.
Esas investigaciones, con sus implicaciones en el origen de la vida y la evolución, fueron aceptadas ampliamente y han servido de base a otros estudios durante los últimos 14 años.
El análisis actual se remonta a 2009, cuando un equipo liderado por Caltech comenzó los trabajos de recopilar y estudiar datos, que al final han refutado lo que se creía hasta ahora.
Para hacer sus experimentos, los científicos emplearon técnicas de alta resolución para estudiar la roca, en vez de llevar a cabo evaluaciones geoquímicas sobre muestras de polvo de las rocas del monte McRae Shale, como se había hecho antes.
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