La ilegal e ilegítima invasión rusa a Ucrania me recuerda que Hitler se adueñó de Polonia en 1939, y después Europa occidental, porque el resto del mundo lo permitió. Quizás la OTAN debió ser más prudente ante la natural inconformidad de Putin por la intención ucraniana de aliarse militar y políticamente a las democracias europeas. Esa agua pasada no mueve molinos.
Para los dominicanos la guerra significa tremenda canana al afectar los mercados: aumento del petróleo y gas, más encarecimiento de fletes, acero, soya, trigo, maíz, aceites; presiones que empeoran la inflación importada. ¿Qué hacer? Debemos revisar y adaptar las previsiones del Gobierno, continuar estimulando aumentos de producción y exportaciones, proteger a los más débiles ante abusos de intermediarios y cuidar con celo toda la industria y agropecuaria. La minería podría beneficiarse de aumentos de precios del oro y el níquel. El turismo desde Europa puede sufrir.
La oposición, el Gobierno, los empresarios y sindicatos, los consumidores, todos debemos aunar esfuerzos para que cada acción individual contribuya a evitarnos males mayores.
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