Una claque pro-Putin alega que en Occidente desconocemos la versión rusa sobre Ucrania, pero al zar lo vemos y oímos perfectamente, contrario al pueblo ruso que sólo conoce la propaganda oficial. Cualquier nuevo orden internacional por esta guerra, no favorecerá a las dictaduras ni al comunismo.
La naturaleza humana tiende a la libertad. Aplastarla es muy difícil ante las necesidades del comercio internacional e interconectividad de Internet. Los rusos y ucranianos no aspiran a ningún restablecimiento de la URSS, sino vivir con democracia, prosperidad y libertades públicas.
En China el PCC aún mantiene control por la prosperidad de las últimas décadas, su forma de participación democrática a nivel comunitario y, contrario a Rusia, su mercado autoabastecido de bienes de consumo. China no importa productos terminados, sus exportaciones son enormes. Nadie transa comercio en rublos, pero en yuanes sí. Hasta la OPEP los acepta. China posee más bonos del Tesoro americano que nadie.
Putin fortalece a China, acelera su propio fin como último zar y devuelve a Washington su ascendencia en Europa. ¡Tiempos interesantes!
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