Nueva York.- Uber anunció este jueves que comenzará a ofrecer a través de su aplicación acceso a toda la flota de taxis de Nueva York, tras alcanzar un acuerdo con un colectivo que durante años vio a la empresa como su gran enemigo.
Las dificultades de la plataforma de transportes para encontrar suficientes conductores desde el estallido de la pandemia y la precaria situación del sector del taxi neoyorquino —muy golpeado por la covid-19 y por la competencia de servicios como Uber— ha desembocado en una alianza hasta hace poco impensable en la Gran Manzana.
La colaboración arrancará esta primavera y, aunque Uber ya había dado la opción a taxistas de algunas ciudades de unirse a su servicio, esta será la primera vez en Estados Unidos que contará con un acuerdo para incorporar a toda la flota.
Nueva York, uno de los mercados más lucrativos para la empresa tecnológica, ha sido además escenario durante años de una dura batalla entre Uber y los icónicos taxis amarillos, todo un símbolo de la ciudad.
Guy Peterson, director de Desarrollo de Negocio de Uber, consideró que el acuerdo es una «verdadera victoria» para los taxistas, que ahora podrán encontrar de manera más fácil carreras en momentos de poca actividad y cuando se encuentran fuera de las transitadas calles de Manhattan.
«Y es un verdadero triunfo para los usuarios que ahora tendrán acceso a miles de taxis amarillos en la app de Uber», añadió en un comunicado.
Según varios medios, los pasajeros pagarán aproximadamente lo mismo por los viajes en taxi que por los de Uber X, el servicio más habitual de la empresa.
Desde el punto de vista tecnológico, la alianza se llevará a cabo integrando con la plataforma de Uber el software de las aplicaciones que ya usan los alrededor de 14.000 taxis de Nueva York para ofrecer sus servicios.
Mientras que los conductores de Uber en la Gran Manzana no pueden ver de antemano cuánto recibirán por una carrera, los taxistas sí tendrán esa opción y podrán declinarla si creen que no les compensa.
Tras el anuncio, las acciones de Uber se dispararon en la apertura de Wall Street, llegando a ganar alrededor de un 5 %, aunque no tardaron en moderar esas ganancias.
Desde el inicio de la pandemia, la compañía ha tenido dificultades para contar en Nueva York con suficientes conductores, lo que ha hecho que los tiempos de espera y los precios de los viajes se encarezcan, disgustando a muchos usuarios.
Los taxis, mientras tanto, llevan años hundidos en una fuerte crisis resultado de la competencia de Uber y otras plataformas, una situación que no ha hecho más que agravarse desde el estallido de la covid-19, que llevó a muchos neoyorquinos a comenzar a trabajar desde sus casas a tiempo completo.
El año pasado, algunos conductores llegaron a protagonizar una huelga de hambre para protestar por su situación, que terminó con un acuerdo con las autoridades locales para reestructurar las deudas que contrajeron al comprar sus licencias.
Muchos taxistas neoyorquinos recibieron en el pasado enormes préstamos para hacerse con esos permisos, cuyo precio en el mercado llegó a alcanzar en 2014 más de un millón de dólares, pero cuyo valor se desplomó en los últimos años, arruinando a un buen número de conductores, en muchos casos inmigrantes que veían en el taxi una forma segura de prosperar.
Recibe las últimas noticias en tu casilla de email