SANTO DOMINGO.- El criterio de la edad es el marco para determinar una situación de abuso, es decir, cuando hay una diferencia de cinco años entre la persona que toca, que agrede, que intenta seducir a la persona menor de edad, esto ya se considera abuso, sin importar si el niño, niña o adolescente tiene experiencia o el consentimiento que pudo haber dado, explica la psicóloga Rafaela Burgos en El Anillo Familiar de El Despertador.
Burgos indicó que aquellos que justifican el abuso con la experiencia, «milla» o el conocimiento de un menor de edad más amplio en comparación con el de un adulto, solo multiplican y repiten algo sin fundamiento ni en el aspecto psicológico ni legal y solo advierte que el niño, niña o adolescente ya ha estado expuesto a situaciones de abuso.
En ese sentido, Burgos insistió en que esta experiencia no «le da ninguna condición de adultez. Sigue siendo un adolescente, sigue teniendo menos de 18 años y sigue siendo una víctima», que requiere un contexto de protección y un ambiente donde se respete su condición de menor, recalcó la psicóloga.
La especialista aseguró que no se debe suponer «que porque haya vivido en condiciones extremas, tengamos derecho o que ya puede resistir o manejar una experiencia de adultos, … emocionalmente sigue necesitando lo mismo que nuestros hijos en casa», apuntó.
En ese sentido advirtió que la persona que se aprovecha de la situación de precariedad, pobreza y falta de protección incurre en un acto abusivo y agrava más la cadena de abusos y las consecuencias para la víctima que afectan su valoración y autoestima y enfatiza la sensación de sobrevivir de cualquier forma.
En cuanto a otras formas de abuso a los menores de edad, Burgos explicó que el abuso psicológico es el más frecuente al estar presente en los otros tipos de abuso, seguido del abuso físico que es utilizado como sistema de disciplina.
En ese sentido, Rafaela Burgos resaltó lo fundamental de una relación padre-hijo basada en el respeto sin agresión en casa como factor de protección de los niños del acoso de terceras personas.