REDACCIÓN.- Cada 10 de mayo, desde hace 13 años, se celebra el Día Mundial del Lupus. En el año 2004 se presentó por primera vez este día, durante una rueda de prensa, en el VII Congreso Internacional de Lupus Eritematoso Sistémico y otras Enfermedades Relacionadas en la ciudad de Nueva York.
Esta enfermedad autoinmune y crónica afecta a 210 de cada 100.000 personas.
La celebración se da con el fin de visibilizar esta enfermedad, además de para buscar una mejora en los servicios de salud y más investigaciones en torno a esta.
El lupus es una enfermedad crónica autoinmune, sin cura y de causa desconocida. Estas son las claves de una afección en la que el propio sistema inmunológico de cada persona es el que ataca a las células y tejidos sanos por error, al identificarlas como partículas extrañas.
Una afección que puede provocar daños severos en muchas partes del cuerpo, incluyendo las articulaciones, piel, riñones, ojos, cerebro, corazón, pulmones y vasos sanguíneos. El Día Mundial del Lupus se celebra cada 10 de mayo, a fin de visibilizar una enfermedad que afecta al menos a cinco millones de personas en el mundo.
El lupus ataca principalmente a mujeres en edad productiva. Sin embargo, los hombres, los niños y los adolescentes también pueden desarrollar la enfermedad. El 90% de las personas con lupus son mujeres, y la mayoría de las personas con lupus desarrollan la enfermedad entre los 15 y los 45 años. A pesar de ser una dolencia muy extendida, ganó auténtica notoriedad a raíz de la serie televisiva ‘House’, en la que el médico protagonista solía buscar a menudo un diagnóstico alternativo para ciertos síntomas compatibles con el lupus.
Hay varios tipos de lupus. El más común es el eritematoso sistémico o LES, y puede afectar a la mayoría de las zonas del cuerpo antes enumeradas. Este tipo de lupus puede ser leve o grave. La evolución de la enfermedad se desarrolla en fases de brotes -síntomas que suelen pueden aparecer y desaparecer- aunque en algunos casos las dolencias remiten. En el mejor de los casos, tras el brote inicial y gracias al tratamiento, la enfermedad puede «dormirse» y el paciente puede llevar una vida prácticamente normal, con las revisiones (mensuales, trimestrales o anuales, habitualmente) que marque el médico que le realiza el seguimiento.
Otros tipos son el lupus discoide (provoca una erupción en la piel que no desaparece); el lupus cutáneo subagudo (provoca ampollas después de estar al sol); lupus inducido por medicamentos (causado por ciertas medicinas) y lupus neonatal (el menos común), que afecta a los recién nacidos y es causado, normalmente, por ciertos anticuerpos de la madre.
Los brotes pueden aparecer en cualquier momento y lugar, sin lógica aparente. Por ejemplo, un brote afecta a las articulaciones y el siguiente, al riñón. Algunos de los síntomas más comunes son:
Dolor o hinchazón en las articulaciones
Dolor muscular
Fiebre sin causa conocida
Erupciones rojas en la piel, generalmente en la cara y en forma de mariposa
Dolor en el pecho al respirar en forma profunda
Pérdida de cabello
Úlceras en la boca
Glándulas inflamadas
Cansancio extremo
Dedos de las manos o pies pálidos o de color púrpura
Sensibilidad al sol (la mayor parte de las personas con lupus no debe exponerse a los rayos del sol, ya que es un factor potenciador de un nuevo brote. La protección solar durante todo el año es fundamental).
Hinchazón en las piernas o alrededor de los ojos.
La enfermedad no tiene cura, pero sí existen medicamentos que ayudan a controlarla. El tratamiento depende de la sintomatología que presente cada paciente. Además, un estilo de vida saludable ayuda a paliar los brotes. Los pacientes deben estar continuamente controlados al tratarse con corticoides, hidroxicloroquina, medicamentos denominados antipalúdicos… todo depende de la tipología de cada uno de los casos.
Dependiendo de cómo el lupus afecte a su cuerpo, quizá la persona afectada deba ir a otros especialistas. Por ejemplo, si el lupus causa problemas al corazón o vasos sanguíneos, habría que ver a un cardiólogo. El tratamiento evitará o reducirá los brotes, reducirá la inflamación y el dolor, aliviará los síntomas cuando se produzcan, ayudará al sistema inmunitario, reducirá o prevendrá el daño a las articulaciones, equilibrará las hormonas y reducirá el daño a los órganos.
Hace apenas unos días salió a la luz que un equipo de investigadores con participación española identificó mutaciones en el ADN de un gen que detecta el ARN viral como causa del lupus. Un análisis del genoma de una adolescente, Gabriela -diagnosticada de lupus grave cuando tenía solo siete años- permitió identificar una mutación genética como causa de esa enfermedad autoinmune, lo que abre el camino para el desarrollo de nuevos tratamientos, según publica la revista médica ‘Nature’.
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