REDACCIÓN INTERNACIONAL.- Un novedoso tipo de marcapasos temporal que se disuelve por sí solo, sin que haya necesidad de retirarlo, fue creado por un equipo de científicos.
En su última investigación, estos científicos emparejaron el marcapasos con una serie de sensores inalámbricos en la piel, algo que debería permitir monitorizar de manera inteligente los signos vitales de un paciente y ajustar su ritmo de forma autónoma. Si el dispositivo continúa mostrándose igual de prometedor, algún día podría usarse en pacientes que se sometan a una cirugía cardíaca y que necesitarían un marcapasos durante un corto periodo de tiempo.
El año pasado, investigadores de la Universidad Northwestern y de la Universidad George Washington presentaron la primera versión del marcapasos.
Este delgado y flexible dispositivo fue diseñado para ser totalmente biocompatible, lo que significa que ninguno de sus componentes desencadenaría una respuesta tóxica o inmunitaria sobre el cuerpo. Tampoco requeriría de baterías ni cables (los cables conectados al corazón permiten que un marcapasos regule los latidos de una persona mediante el envío de pulsos eléctricos) para funcionar. Y fue hecho para ser bioabsorbible, con metales solubles en agua y otros componentes que se disuelven en los fluidos corporales al cabo de varias semanas.
Cuando es necesario retirar o reemplazar un marcapasos, los médicos tienen que extraer quirúrgicamente los cables y los electrodos conectados al corazón. Si bien este procedimiento suele ser seguro, puede aumentar el riesgo de infección o provocar otras complicaciones. Esos son riesgos que este dispositivo, en teoría, podría evitar por completo.
En su nuevo estudio, publicado el jueves en Science, los investigadores añadieron más características a su marcapasos. Según el autor Igor Efimov, profesor de ingeniería biomédica y profesor de medicina en la Universidad Northwestern, el marcapasos ahora viene con una “red totalmente integrada de dispositivos portátiles” adheridos a la piel del paciente (cuatro en total).
Estos dispositivos no solo controlan los latidos del corazón de una persona y otros signos vitales como la temperatura corporal, sino que también alimentan de forma inalámbrica el marcapasos y controlan su ritmo automáticamente según sea necesario. Los médicos pueden controlar de forma remota los datos recopilados por el dispositivo a través de una red informática. Y en experimentos con roedores y con perros vivos, así como con corazones humanos en un laboratorio, el marcapasos y su sistema de circuito cerrado parecieron funcionar según lo previsto.
Efimov estima que decenas de miles de pacientes podrían beneficiarse de esta tecnología. “Entre estos pacientes tenemos recién nacidos con defectos cardíacos, adultos que han pasado por una cirugía para reparar una válvula cardíaca o para derivar una arteria coronaria bloqueada, u otros pacientes que necesiten un marcapasos temporal antes de que se les pueda instalar uno permanente”, dijo.
Estos nuevos hallazgos, aunque importantes, todavía se encuentran en sus primeras etapas. Efimov y su equipo planean realizar más estudios en animales antes de pasar a la fase de ensayos en humanos. Pero ya han recibido interés de varias empresas que buscan ayudar a desarrollar aun más este proyecto. Y creen que si todo sigue yendo bien, su dispositivo podría estar en funcionamiento en los próximos dos o tres años.
Por el momento, este marcapasos está destinado a ser implantado fuera del corazón, y se ha demostrado que supone un desafío mayor crear uno que pueda disolverse de manera segura dentro del corazón. Pero si consiguen superar ese obstáculo, esta tecnología se podría volver aún más útil, dijo Efimov.
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