REDACCIÓN.- La ministra del Interior de Israel, Ayelet Shaked, anunció el miércoles que encabezará una coalición de derecha con el ministro de Comunicaciones, Yoaz Hendel, para contender en las próximas elecciones israelíes del 1 de noviembre.
Shaked, a la cabeza del partido ultranacionalista Yamina, y Hendel, líder del ligeramente más moderado partido Derekh Eretz, acordaron presentarse bajo la bandera de “El Espíritu Sionista” a las próximas elecciones, las quintas en menos de cuatro años.
“Hay un espíritu sionista, hay alguien por quién votar”, escribió Hendel en Twitter, junto a una fotografía que lo retrata con Shaked en medio de un mitin político.
El 30 de junio, el Parlamento israelí -la Knéset- aprobó su disolución y convocó nuevas elecciones, terminado así un período de poco más de un año de un Ejecutivo encabezado por Naftali Benet y compuesto por ocho partidos de todo el espectro político.
Esta coalición tuvo por objetivo destronar al entonces primer ministro, Benjamín Netanyahu, enjuiciado por corrupción y quien estuvo en el poder desde 2009 hasta junio de 2021.
Sin embargo, las diferencias entre estos partidos limitaron seriamente el funcionamiento del Gobierno, que en los últimos meses atravesó múltiples crisis y renuncias de sus miembros, perdiendo incluso la estrecha mayoría con la que contaba.
Tras la disolución del Parlamento, el entonces ministro de Exteriores, Yair Lapid, se convirtió en primer ministro en funciones hasta la formación de la próxima coalición gubernamental; mientras que Benet anunció que no se presentaría a las elecciones y que dejaría a Shaked al frente de Yamina.
Este partido cultivó una base de derecha, nacionalista y pro colonos, pero muchos de sus partidarios se sintieron traicionados al ver que Yamina hacía gobierno junto a un partido árabe islamista y varios socios políticos de izquierdas.
Según una reciente encuesta de la emisora pública Kan, Yamina no pasaría el umbral del 3,25% de votos para obtener representación parlamentaria, mientras que el Likud, de Netanyahu, vencería en las urnas con 35 escaños.
Así, “El Espíritu Sionista” busca asociarse con Likud y con partidos de centro-izquierda, pero dejando por afuera a cualquier representación árabe.
La encuesta estimó sin embargo que aunque Likud conseguiría 60 asientos con los diputados del resto de formaciones aliadas de derecha y religiosas, le faltaría uno para tener una mayoría mínima de 61 en un Parlamento de 120.
Esto plantea un escenario similar a las cuatro rondas electorales previas de 2019 y 2021, cuando ningún bloque tuvo una mayoría clara suficiente para formar un Ejecutivo.
Hendel señaló que el apoyo a un gobierno liderado por Netanyahu estaba condicionado a que la posible coalición incluyera elementos del centro-izquierda, muchos de los cuales se han resistido a cooperar con el ex primer ministro debido a que enfrenta cargos de fraude, cohecho y abuso de confianza en tres casos distintos de corrupción.
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