SANTO DOMINGO.- La situación de inseguridad en Haití empeora rápidamente y el vacío de poder ha colocado a esa nación al borde de la guerra civil, lo que plantea una amenaza real para la República Dominicana, expresó el ex canciller Miguel Vargas Maldonado.
Vargas afirmó que el gobierno debe disponer de un control más efectivo de la frontera para prevenir el cruce de inmigrantes indocumentados.
Comunicado íntegro:
La situación de inseguridad en Haití empeora rápidamente y el vacío de poder ha colocado a esa nación al borde de la guerra civil, lo que plantea una amenaza real para la República Dominicana.
Los últimos reportes son muy preocupantes: choques entre bandas armadas, ineficacia de la policía para contener la ola de violencia, secuestros indiscriminados, extorsión criminal de manera generalizada, asalto a oficinas públicas y actos vandálicos.
Al caos institucional y deterioro del orden público se suman la indiferencia de la comunidad internacional, el desabastecimiento de productos básicos y combustibles, una inflación galopante, y el aumento creciente de la inmigración ilegal y la pobreza extrema.
Lo que ocurre en Haití atenta contra nuestra seguridad nacional, por lo que urge adoptar medidas en consecuencia a fin de preservar el estado de derecho y garantizar la paz ciudadana.
Mucho antes de que enrareciera el clima de violencia en Haití, reclamamos, en vano, una mayor atención del gobierno y la comunidad internacional hacia ese problema. Incluso, la petición dominicana para redoblar los esfuerzos de pacificación a cargo de las Naciones Unidas y las advertencias que hicimos sobre el menoscabo del ambiente político e institucional, en ocasión de nuestra membresía en el Consejo de Seguridad hasta diciembre del 2020, solo recibieron el silencio como respuesta.
El reciente mandato del Consejo de Seguridad a la Oficina Integrada de la ONU en Haití (BINUH), reemplazo de la fracasada MINUJUSTH, abre una puerta que la República Dominicana debe aprovechar. Nos referimos a la posibilidad de formar una fuerza regional para estabilizar la situación en el vecino país.
Como tarea prioritaria, la República Dominicana debe promover, cuanto antes, la formación de ese grupo de trabajo a fin de terminar con el reinado de las bandas, restablecer el imperio de la ley y posibilitar las condiciones que permitan elecciones libres.
En el frente interno, el gobierno debe disponer de un control más efectivo de la frontera para prevenir el cruce de inmigrantes indocumentados. El número de parturientas en nuestros hospitales es señal inequívoca de que la frontera sigue siendo vulnerable.
Finalmente, exhorto al gobierno a mostrar una mayor voluntad política para afrontar con decisión el peligro que representa la crisis haitiana para la seguridad, la preservación de la paz y estabilidad social en la República Dominicana.
Este es el momento de pasar del discurso a la acción y cumplir con responsabilidad el deber de resguardar el interés nacional. Las presentes y futuras generaciones lo agradecerán.
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