Tras perder sus empleos durante la pandemia o nunca haber obtenido un trabajo formal, decenas de personas en edad productiva y con la necesidad de mantener a sus familias se han apegado a informalidad, con micro negocios o la venta de cualquier tipo de productos en las esquinas, así como mensajeros de aplicaciones, confirmando la advertencia de la Organización Internacional de Trabajo sobre el aumento incontrolable de ese tipo de trabajo.
Al asegurar que nunca pudo acceder a un empleo formal, Eva Reyes recuerda que a los 19 años instaló un puesto de empanadas en el sector La Feria para echar adelante a la hija que en ese entonces llevaba en su vientre.