Un equipo de científicos, liderados por el paleoantropólogo estadounidense Lee Berger, afirmó haber descubierto en Sudáfrica las tumbas más antiguas de la prehistoria conocidas hasta ahora.
En posición fetal y acurrucados en nichos enterrados al final de una red de estrechas galerías a unos 30 metros bajo tierra, primos lejanos del hombre en estado fósil fueron hallados en tumbas en excavaciones iniciadas en 2018.
«Se trata de las inhumaciones de homínidos más antiguas de los que se tiene constancia, anteriores en al menos 100,000 años a las inhumaciones de ‘Homo sapiens'», aseguraron los científicos en una serie de artículos, que aún deben ser revisados por pares antes de su publicación en la revista científica eLife.
Las sepulturas ovaladas fueron descubiertas en el yacimiento paleontológico llamado «Cuna de la Humanidad», en el noroeste de Johannesburgo, declarado patrimonio mundial por la Unesco y lleno de cuevas y fósiles prehumanos.
Las tumbas contienen huesos de ‘Homo naledi’, primos lejanos del hombre, con un cerebro del tamaño de una naranja. Su hallazgo por Berger en 2013 había cuestionado algunas teorías sobre la evolución.
Las sepulturas más antiguas descubiertas hasta ahora, sobre todo en Oriente Medio y Kenia, datan de alrededor del 100,000 a.C. y contienen restos de ‘Homo sapiens’, el antepasado directo del hombre.
Las tumbas encontradas en Sudáfrica datan de 200,000 a 300,000 a.C.
Durante las excavaciones, que comenzaron en 2018, el equipo de Berger también encontró símbolos geométricos –líneas, cuadrados y cruces– trazados en las paredes de las tumbas.
«Esto significaría que los humanos no son los únicos que han desarrollado prácticas simbólicas, sino que es posible que ni siquiera hayan inventado ese comportamiento», expuso el paleoantropólogo de 57 años respaldado por National Geographic.
Los investigadores suelen asociar el dominio del fuego, del grabado y de la pintura con el gran tamaño del cerebro del hombre moderno.
Con las características de criaturas de millones de años de antigüedad, como dientes primitivos y piernas trepadoras, el Homo naledi también tiene pies similares a los nuestros y manos capaces de empuñar herramientas.
«Estos hallazgos demuestran que las prácticas mortuorias no estaban limitadas al Homo sapiens o a otros homínidos con cerebros grandes», añadieron los científicos en los artículos.
Esta teoría, que va en contra de la idea comúnmente aceptada de que la conciencia de la muerte y las prácticas relacionadas hacen a los humanos, ya había sido planteada por Berger cuando presentó al mundo el Homo naledi en 2015.
En aquel momento la hipótesis causó revuelo y muchos especialistas cuestionaron el rigor científico del mediático paleoantropólogo estadounidense.
«Fue demasiado para los científicos de entonces», comentó Berger en una entrevista con la AFP. Siguen «convencidos de que todo está relacionado con nuestro gran cerebro y de que ocurrió hace muy poco tiempo, menos de 100.000 años», explicó.
«Estamos a punto de decirle al mundo que no es cierto», conmemora el explorador.
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