CIUDAD DEL PANAMÁ.– El Consejo de la comarca indígena Naso Tjër Di de Panamá destronó este lunes a Reynaldo Alexis Santana, condenado por la violación de una menor, y nombró como nuevo rey interino a Ardinteo Santana, segundo en la línea de sucesión, que gobernará por un periodo inicial de cinco años.
«Hoy (lunes 31 de julio) se llevó a cabo la reunión, donde la Junta del Consejo propone que Alexis queda suspendido, donde asume el cargo de nuevo rey Ardinteo Santana», dijo a EFE el presidente del consejo indígena, Ignacio Bonilla Torres.
«Ahorita mismo ya gobierna en el territorio comarcal el nuevo rey Ardinteo Santana», subrayó.
La reunión se celebró en el palacio del Rey, ubicado en la comunidad de Siëy Shik, capital de la comarca, un lugar de difícil acceso y sin cobertura telefónica cerca de la frontera de Costa Rica, por lo que aunque el nombramiento del nuevo rey se tomó a primera hora de la tarde, la noticia tardó en llegar al exterior.
En la Asamblea del Consejo compuesto por 32 líderes comunitarios participaron 20 miembros, de los que 12 votaron a favor de la suspensión de Reynaldo Alexis Santana y ocho se abstuvieron.
Ardinteo Santana, de 63 años, recibió la corona de plumas, el trono y el cetro de manos del rey depuesto.
«Quedaron satisfechos de que me quede como primer rey en el puesto del señor Alexis Santana», que fue «destronado del cargo», afirmó a EFE el nuevo monarca, que explicó que en un principio su mandato «interino» será de cinco años, un tiempo en el que espera cumplir con el deseo del pueblo Naso.
Esta decisión llega después de que la semana pasada un tribunal condenara a Reynaldo Alexis Santana a 5 años de prisión por violar a una menor. Los hechos sucedieron en una localidad de la comarca Naso en 2016, cuando la víctima tenía 12 años, y tras la confesión de la menor, la madre interpuso la denuncia.
Además, la corte le inhabilitó «para ejercer funciones públicas». Sin embargo, el tribunal admitió la solicitud del reemplazo de pena por trabajo comunitario, desencadenando una fuerte indignación. La decisión la tomará el próximo 3 de agosto un juez de cumplimiento.
El presidente del consejo indígena quiso dejar claro este lunes que, a pesar del clamor popular, que pedía una sentencia «rápida» que pusiese fin al reinado de Alexis Santana cuanto antes, ellos debían seguir un procedimiento, reunirse y analizar la situación, anteponiendo siempre la Constitución de Panamá.
Bonilla Torres también lamentó los numerosos comentarios en redes sociales que «manchan» su comarca, diciendo que lo que pasó a la joven forma parte de sus «costumbres y tradiciones».
«Por favor, que respeten nuestra dignidad, que respeten nuestra comarca», insistió.
EL PUEBLO NASO
Los Naso se asientan en la comarca Naso Tjër Di, un territorio de aproximadamente 1.600 kilómetros entre montañas y el Teribe ubicado en la frontera con Costa Rica y cerca del Caribe panameño. Allí habitan 5.000 naso desperdigados en una veintena de aldeas aisladas en la exuberante selva de Bocas de Toro.
El pueblo Naso, una de las siete etnias indígenas de Panamá junto con los Emberá, Wounaan, Guna, Ngäbe, Buglé y Bri-Bri, se organiza en una «monarquía asamblearia» liderada por un rey.
El trono solía pasar de padres a hijos, pero desde hace unos años los propios súbditos son los que escogen al monarca entre los miembros de la familia real que decidan presentarse a las «elecciones» y los que además tienen la potestad para destituirle.
Reynaldo Alexis Santana compitió en 2011 contra un primo y un tío, y se autoproclamaba como el «último rey indígena de América».
La víctima de la violación, originaria también del pueblo Naso, dijo a EFE la semana pasada sentirse «mal y triste porque no se hizo justicia», a la vez que tiene «miedo» porque «no quiere ver a esa persona». Según relata, Santana, en el trono desde 2011, «intentó» violarla hasta en tres ocasiones y la amenazaba.
«Era familia, vivía detrás de nuestra casa. Cuando llegué de la escuela a la casa, me quité el uniforme, estaba sola y él me llamó. Confiaba en él porque era mi tío. Fui, pasó lo que pasó. Yo no quería, tenía 12 años», dijo la víctima, ahora de 19 años.
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