NUEVA YORK.- El deseo de superación ha traído hasta la Gran Manzana a miles de dominicanos, quienes diariamente trabajan de sol a sol a fin de mejorar su calidad de vida y la de los suyos.
Las estadísticas establecen que en los últimos años, los criollos se han convertido en una de las fuerzas laborales más importante en la ciudad de los rascacielos.
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Llueven las ofertas a fin de atraer a los clientes. Ropas, zapatos, carteras, cosméticos, comidas y bebidas, todos en un solo lugar, la avenida que lleva el nombre del padre de la patria dominicana, Juan Pablo Duarte, la cual se ha convertido en una opción para aquellos criollos que no tienen empleos formales y que desean ganarse el sustento honradamente.
Con 22 años vendiendo frío frío, Ramón Morel, asegura que salió del país con una maleta llena de sueños que todavía conserva, pero detrás de cada rostro, en la calle Duarte, hay una historia de superación que contar.
A veces la lejanía provoca nostalgia, pero recordar sus raíces provee alivio en muchos.
Los dominicanos además de controlar unos 20 mil negocios, son dueños de la mayoría de las bodegas hispanas y de los taxis gitanos. También son propietarios de tres cadenas de supermercados, tres periódicos y dos televisoras.
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