Necesitamos que los líderes políticos que aspiran a una alta posición pública, se pregunten ¿Para qué quiero poder? ¿soy honesto? ¿amo la patria? ¿ deseo, realmente, el bienestar de toda la población? Mi honestidad ¿no padece del cáncer de la corrupción? ¿busco solamente ser rico y poderoso?
En el país, tenemos muchos partidos políticos que lograron reunir los requisitos para ser reconocidos como tales y recibir una jugosa subvención del gobierno. Sabemos de la mayoría, cuando se acercan las elecciones; salen a apoyar partidos más poderosos, que les permita seguir subsistiendo, recibiendo ayuda de los impuestos del pueblo; el resto del tiempo permanecen tranquilos, sin sacar la cabeza, sin opinar sobre la situación nacional ni de las acciones de los poderes del Estado. Más bien, viven al acecho para saber que rumbo tomar, que caballo montar, cuando se acercan las elecciones y poder asegurar su “tajada”. Ahora es su momento; se acercan las elecciones municipales, del congreso, las presidenciales, del 2024-2028.
Lamentablemente, la mayoría de los partidos políticos lucen como empresas, negocios, que se promueven y dinamizan en determinados momentos para beneficios personales y grupales, olvidando el bien común; para encender la chispa llevan a la palestra pública a conocidas personalidades y hasta bautizan con su nombre, algunos espacios. La idea es presentarlos como en pasarelas y atraer a sus fanáticos.
Durante la campaña, es la etapa en que los más destacados líderes políticos, se acercan a los pobres, a “los hijos de machepa”; le llevan limosnas, promesas; todos los mecanismos van dirigidos a conseguir votos para ganar las elecciones; atacan los más poderosos sin presentar un plan de desarrollo integral.
Entristece el comportamiento de los infelices, que se conforman con dádivas, se dejan anestesiar con palabras bonitas, olvidan sus derechos como ciudadanos; para elevar su nivel de vida, deben seguir líderes sinceros, sencillos, honrados, que le abran caminos rumbo al progreso, que cuiden con esmero los valores familiares, pues de la misma manera, custodiarán los nacionales; los que aman el país, facilitan que se desarrollen las potencialidades de la gente en sus comunidades, en toda la nación. Como ciudadanos debemos buscar lo mejor para nuestro pueblo. Con recursos limitados y necesidades infinitas, toma tiempo elevar el nivel de vida de la gente, pero con metas claras y actuando con firmeza y coraje, los líderes bien intencionados, logran avanzar en el cumplimiento de la misión.
Confunde que dirigentes de un partido, para escalar y destacarse, lo ataquen con sus palabras, actitudes y acciones, ¿Por qué lo hacen? ¿qué harían con la oposición si llegan al poder? Entiendo que, consciente o inconscientemente, quieren llenar vacíos, anhelos, necesidades insatisfechas y hasta establecen una estructura personal que les permita mantenerse en contacto con poderosos, pero no deben hacerlo confundiendo el pueblo.
Busquemos líderes talentosos, pero honestos, sencillos, que inspiren confianza, que busquen bienestar colectivo; líderes que más que teorizar, ejecuten; capaces de establecer estructuras que contribuyan al desarrollo integral de la comunidad y de las potencialidades de la gente, que llenen de paz y alegría la nación.
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