Los aguaceros del fin de semana pasada, como ha destacado el señor Presidente de la República Luis Rafael Abinader Corona, descargaron en tan poco tiempo una cantidad de agua nunca antes registrada.
Tiene razón.
Sin embargo, cuando era niño quien escribe llovía también a cántaros y mucho en esta ciudad capital que entonces tenía otro nombre.
Vivíamos en una ciudad de trescientos mil habitantes, por dondequiera había solares vacíos y en sus contornos la capital del país con el nombre de Rafael Trujillo estaba llena de árboles y maleza.
En la pequeña zona urbana existía un eficiente sistema de drenaje pluvial.
Debajo de las aceras estaban las alcantarillas, y el agua de lluvia bajaba hacia el malecón por la avenida Máximo Gómez y todas las calles paralelas que iban desde Guibia y Gascue hasta Ciudad Nueva y la zona colonial.
Lo Que Sucedió el Sábado 18 de Noviembre:
Vi el vídeo del agua bajando por la calle Palo Hincado anegando el Parque Independencia.
Parecía el río Yuna desbordado.
Yo residí en esa zona hace 60 años.
Nunca había ocurrido algo similar.
En este 2023 ya no hay solares vacíos y todas las calles de los barrios situados más arriba están asfaltadas.
El alcantarillado que construyó el Consejo Administrativo de la Ciudad en la Era de Trujillo está tapado, además, y es insuficiente para ese cúmulo de agua.
La calle Emilio Prud’homme – antes la base de muchos comercios – era un gran canal de aguas turbulentas el pasado sábado 18 de noviembre 2023.
Las calles 30 de Marzo, la 16 de Agosto y hasta la Julio Verne desde el Palacio Nacional vertían sus aguas también en la zona adyacente al parque Independencia. Las aguas torrenciales que bajaban desde la avenida Duarte inundaron el Conde, así como las que venían desde más allá arriba de la avenida Mella conectando con las calles Santomé, José Reyes y 19 de Marzo.
Durante los decenios posteriores a la dictadura que terminó hace seis decenios indudablemente que los gobiernos han realizado inversiones y esfuerzos por modernizar la ciudad con nuevas avenidas y urbanizaciones y centros comerciales promovidos por la inversión privada también.
No obstante, ha faltado un verdadero plan de saneamiento y drenaje del enorme área urbana del Distrito Nacional y el resto del Gran Santo Domingo, para no mencionar las grandes áreas urbanas del resto de la República Dominicana.
Eso naturalmente cuesta miles de millones de dólares.
Mientras tanto, hay que decir que quienes nacimos en esta capital llamada Ciudad Trujillo entre 1936 y 1961 jamás habíamos visto antes tanta agua acumulada y desbordada como lo que pasó el sábado 18 de noviembre del 2023.
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