Jerusalén.- Unos 150 cadáveres fueron enterrados en el patio del hospital Naser, el más importante del sur de la Franja de Gaza, en medio del asedio que mantiene desde hace días el Ejército israelí, pese a que el centro médico alberga a miles de civiles -pacientes, doctores y desplazados-, informaron fuentes oficiales.
«Los residentes tuvieron que enterrar a 150 muertos en el patio del Complejo Médico Naser como resultado del asedio de las fuerzas de ocupación israelíes», indicó en un comunicado el Ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por Hamás.
Además, otros 30 cuerpos no han podido ser identificados en la morgue del hospital, añadió.
Por otro lado, los tanques de agua del hospital resultaron dañados por impacto de metralla y por los disparos de los drones israelíes, lo que provocó fugas en el departamento de cuidados intensivos y escasez de agua en el centro de diálisis, denunció la cartera.
El ministerio informó en días pasados de que el hospital Naser, donde operan unos 150 miembros de personal médico que atienden a 350 pacientes, se encuentra «sin alimentos y sin seguridad», así como desprovisto de anestésicos o analgésicos.
De su lado, la agencia humanitaria de la ONU, OCHA, dijo que el hospital alberga a unos 18.000 desplazados y está funcionando «bajo mínimos, ya que está rodeado por el Ejército israelí y está experimentando intensos combates, por lo que ya no puede recibir pacientes ni suministros».
El Ejército israelí confirmó que se encuentra realizando operaciones -que describió como «precisas»- en los principales hospitales de Jan Yunis, el Nasser y Al Amal, argumentando que los milicianos operan desde su interior.
El servicio de emergencia de la Medialuna Roja Palestina negó este sábado que su hospital, Al Amal, albergue a hombres armados, y denunció que está rodeado por las tropas israelíes hace un mes y asediado hace seis días, a pesar de que ahí se refugian unos 7.000 desplazados.
«Sin mencionar el estado de terror y pánico que viven el personal médico y los desplazados en los pasillos del edificio, que resultó gravemente dañado como consecuencia de los continuos bombardeos en las inmediaciones», añadió, al asegurar que Israel impone un toque de queda que «paraliza la circulación de las ambulancias».
Estos acontecimientos ocurren un día después de que la Corte Internacional de Justicia de la ONU emitió un fallo en el que exigió a Israel evitar un genocidio contra los palestinos en Gaza y facilitar la entrada de ayuda humanitaria.
Esta imposición de medidas cautelares, que no incluyó un cese el fuego, obedece a una acusación por genocidio contra Israel -aún en curso- presentada en diciembre por Sudáfrica.
Desde que las tropas israelíes comenzaron la incursión terrestre en la Franja, a finales de octubre, numerosos hospitales han sido asediados y atacados directamente, entre ellos el más importante del enclave, Al Shifa, en cuyo subsuelo fueron hallados túneles con armamento de Hamás.
La guerra estalló el 7 de octubre tras un ataque de Hamás contra Israel que dejó unos 1.200 muertos y 250 rehenes. Desde entonces, la ofensiva militar israelí ha dejado en la Franja de Gaza 26.257 muertos y 64.797 heridos, la mayoría niños y mujeres, así como 8.000 desaparecidos y 1,9 millones de desplazados (85% de la población total) que viven una crisis humanitaria sin precedentes.
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