Redacción Internacional.- La carrera entre el SARS-CoV-2, que mantiene en vilo al mundo a fuerza de mutaciones y nuevas subvariantes, y la ciencia no cesa. Es por eso que, en la actualidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se encuentra monitoreando 5 variantes de interés (VOI), entre las que se encuentran la XBB.1.5 y la JN.1, las principales responsables de los recientes aumentos registrados en todo el planeta.
En ese sentido, el reciente Informe Semanal de Morbilidad y Mortalidad (MMWR), publicado en una revista de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU, evidenció que la última vacuna monovalente, desarrollada contra la variante XBB.1.5 proporciona una protección aproximada del 54% “contra la infección sintomática por SARS-CoV-2 en comparación con no recibir la vacuna actualizada”; y aclara “la vacunación brinda protección contra JN.1 y otros linajes circulantes”.
“En septiembre de 2023, el Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización de los CDC recomendó la vacunación contra el COVID-19 actualizada para 2023-2024 (XBB.1.5 monovalente) para todas las personas de ≥6 meses de edad para prevenir el COVID-19, incluidas las enfermedades graves”, comienza el documento donde se detalla, además, que “el linaje JN.1 se volvió predominante en enero de 2024″.
Tras la recomendación, durante el otoño de 2023, “los linajes XBB cocircularon con JN.1, un linaje Omicron BA.2.86 que surgió en septiembre de 2023″. En diciembre de 2023, según destacaron en el trabajo, JN.1 pasó a ser predominante en los Estados Unidos. Este fue el punto inicial para evaluar el desempeño de estas vacunas actualizadas monovalentes.
“Entre un total de 9222 pruebas elegibles, la efectividad de la vacuna (VE) general entre adultos ≥18 años fue del 54 %, en una mediana de 52 días después de la vacunación”, afirma el documento, y destaca que “entre 2199 pruebas realizadas en un laboratorio con pruebas SGTF, la EV 60 a 119 días después de la vacunación fue del 49 % entre las pruebas que mostraron SGTF y del 60 % entre las pruebas sin SGTF”.
Dicho de otro modo, al realizar una comparación en la prevención de la infección sintomática por SARS-CoV-2, entre las aquellos que recibieron la vacuna actualizada y los que no, la efectividad general entre adultos de 18 años o más fue del 54%, en una mediana de 52 días después de la vacunación. En tanto, al evaluar su desempeño en un laboratorio con pruebas SGTF (que sirve para detectar variantes del virus), la efectividad de la vacuna fue del 49%, y trepó al 60% entre las pruebas sin SGTF.
Lo cierto es que las pruebas actuales de laboratorio detectan tres características genéticas clave del virus, que solían estar presentes en la mayoría de las variantes. Sin embargo, la JN.1 no posee una de estas características, lo que permite a los investigadores distinguir las muestras con JN.1.
“Las vacunas COVID-19 actualizadas brindan protección contra la infección sintomática, incluso contra los linajes que circulan actualmente”, resaltaron en el documento. “Esta es, hasta donde yo sé, las primeras estimaciones de efectividad de la vacuna disponibles en todo el mundo para JN.1″, dice Ruth Link-Gelles, líder del programa de efectividad de la vacuna para COVID-19 y RSV en los CDC, en una publicación de Time.
Y agregó: “Lo que estos resultados muestran es que alguien que recibiera esta vacuna tendría un refuerzo adicional de protección contra la infección sintomática tanto de la variante XBB que era común en el otoño como de la JN.1 que está circulando ahora”.
Según la valoración de riesgo efectuada por la OMS sobre la JN.1, esta variante presenta una mayor ventaja de crecimiento y transmisión, ya que impulsa un aumento en la incidencia de casos en los países donde es detectada. Incluso, se ha vuelto dominante en la mayoría de ellos. De todas maneras, el máximo ente sanitario internacional aclaró, en más de una oportunidad, que por el momento no se evidencia un incremento en la gravedad de los cuadros asociados a esta variante. Es decir que es clasificada como de “riesgo bajo”, por eso se la establece como VOI.
De todos modos, a nivel mundial, JN.1 se convirtió en la variante dominante y ya que representa casi el 80 por ciento de la infecciones notificadas, de acuerdo a lo expresado por Maria Van Kerkhove, directora del Departamento de Preparación y Prevención de Epidemias y Pandemias (PPE) de la OMS, durante un seminario de actualización sobre el COVID divulgado en las últimas horas.
En ese tono, la experta afirmó, en un mensaje emitido desde el máximo ente sanitario internacional, que habría “un cambio de gravedad de JN1 respecto a otros linajes en circulación en los últimos dos años”, por lo cual esperan contar con evidencia sobre su evolución durante las próximas semanas debido a que seguirá en expansión por el mundo. “Recuerden que este virus y sus variantes pueden causar enfermedad, incluso una patología grave o la muerte”, recalcó Van Kerkhove. Al tiempo que aclaró que, en comparación con Ómicron, no puede ser calificada como “preocupante”.
“Las vacunas monovalentes COVID-19 actualizadas brindaron una protección del 54 % contra la infección sintomática por SARS-CoV-2 en personas vacunadas recientemente en comparación con aquellas que no recibieron una dosis de vacuna actualizada – recalca el documento-. La vacunación brindó protección contra las infecciones causadas por JN.1 y las infecciones causadas por linajes relacionados con XBB. Se espera que la eficacia disminuya a medida que transcurra más tiempo desde la vacunación, especialmente contra enfermedades menos graves”. Es decir, que los CDC impulsan la vacunación con dosis actualizadas de Pfizer/BioNTech, Moderna o Novavax para prevenir infecciones graves.
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