REDACCIÓN.- El Programa Mundial de Alimentos (PMA) advirtió hoy de que está recibiendo informes de gente «que muere de hambre» en Sudán, donde la guerra que estalló el pasado 15 de abril ha provocado que casi 18 millones de personas en todo el país se enfrenten a una situación de hambruna.
«La asistencia vital no llega a quienes más lo necesitan, y ya estamos recibiendo informes de personas que mueren de hambre», dijo en un comunicado el representante y director de la oficina del PMA en Sudán, Eddie Rowe, que denunció que no se está brindando acceso a la ayuda humanitaria a las zonas más afectadas por el conflicto.
Ante esta situación, el PMA pidió «urgentemente» al Ejército de Sudán y al grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) que «proporcionen garantías inmediatas para la entrega segura y sin obstáculos de asistencia humanitaria a las zonas de Sudán afectadas por el conflicto», que ha dejado ya más de 13,000 muertos.
La agencia de la ONU recordó que pese a sus esfuerzos para brindar asistencia humanitaria, «casi 18 millones de personas en todo el país enfrentan actualmente hambre aguda», una cifra que se ha duplicado respecto al año anterior.
La nota añadió que se estima que 5 millones de personas «están experimentando niveles de hambre de emergencia debido a la guerra en zonas de conflicto como la capital, Jartum, la conflictiva región occidental de Darfur, y Kordofán.
«Necesitamos libertad de movimiento sin inhibiciones, incluso a través de líneas de conflicto, para ayudar a las personas que tanto la necesitan en este momento, independientemente de dónde se encuentren», dijo Rowe.
El PMA recordó que desde el inicio de la guerra ha proporcionado ayuda a más de 6,5 millones de personas y que para llegar a Darfur tuvo que establecer una ruta transfronteriza desde Chad para otorgar asistencia alimentaria a más de un millón de personas.
Sin embargo, lamentó que debido a las restricciones el PMA solo puede entregar la asistencia regularmente a 1 de cada 10 personas que pasan hambre y que permanecen atrapadas en las zonas de conflicto, donde la ayuda humanitaria llega a cuentagotas por «las amenazas de seguridad, controles forzosos de carreteras y exigencias de tasas e impuestos» de las partes beligerantes.
El conflicto ha obligado a casi 8 millones de personas a desplazarse dentro o fuera de Sudán, según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
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