REDACCIÓN INTERNACIONAL.- El consumo habitual de alcohol, que preocupa especialmente en los jóvenes, y padecer hígado graso son los principales riesgos del cáncer de hígado, uno de los tipos de tumor que más años de vida resta, lo que refleja la necesidad de mejorar los programas de detección.
Son conclusiones del reciente 49 Congreso de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH), celebrado en Madrid, donde los hepatólogos alertan de la epidemia silenciosa que representan las enfermedades del hígado, cuya prevalencia va en aumento y se relaciona principalmente con estilos de vida y alimentación poco saludables y cada vez más normalizados.
Cada año se diagnostican en España 6.600 casos de cáncer de hígado, la mitad de ellos en estadios muy avanzados, y es la principal causa de muerte en los pacientes con cirrosis provocada por consumo de alcohol o hepatitis virales.
El alcohol es la primera causa al afectar a 1 de cada 6 casos, tanto si se considera de forma aislada (29,9% de los casos), como asociado a otras causas (54,9%), según el III Registro de Carcinoma Hepatocelular (CHC) de la AEEH.
Este registro recoge datos demográficos y clínicos de 767 pacientes con diagnóstico de tumor hepático primario extraídos de 52 centros entre el 1 de octubre de 2022 y el 31 de enero de 2023.
Los especialistas alertan de que los patrones de consumo de alcohol entre los jóvenes son especialmente peligrosos, pues conjugan un mayor riesgo con una menor percepción del mismo.
Así, por ejemplo, los efectos de la práctica del binge drinking (atracón de grandes cantidades de alcohol en pocas horas), común en los jóvenes en fines de semana, pueden ser más perjudiciales para la salud hepática que un consumo moderado.
Los hepatólogos aplauden el anuncio del Ministerio de Sanidad de elaborar un anteproyecto de Ley para prevenir el consumo de alcohol en menores de edad, pero consideran que debe ir acompañado de un Plan Nacional de Salud Hepática que dé una respuesta integral a la creciente prevalencia e incidencia de las patologías del hígado.
Además, el alcohol ya es también la primera causa de cirrosis y de trasplante hepático en España.
La hepatitis C sigue siendo el segundo factor de riesgo de cáncer de hígado pero en descenso, se ha reducido en 14 años del 43 % al 17,5 %, razón por la que los especialistas piden un último esfuerzo para lograr su eliminación, que pasa, en gran medida, por intensificar el cribado en las poblaciones vulnerables y facilitarles el acceso al tratamiento.
La tercera causa de cáncer hepático y la que experimenta un crecimiento más rápido es la esteatosis hepática metabólica (EHmet), el denominado hígado graso, generalmente asociado a obesidad y diabetes tipo 2.
El registro determina un incremento de carcinoma hepatocelular en personas con enfermedad hepática en fases más leves, sin presencia de cirrosis, que casi se duplica, del 4,2 al 7,9 % de los casos.
En comparación con los datos de los años 2008 y 2014, los resultados del Registro muestran un aumento de casi diez puntos (1,9% vs 5,9% y 11,8%) en el porcentaje de hepatocarcinomas debidos a la EHmet.
Se estima que esta patología afecta ya a más de diez millones de españoles, de los que cerca de dos millones presentarían inflamación del hígado (esteatohepatitis) y, de ellos, 400.000 presentarían ya una cirrosis hepática, con el agravante de que en su mayoría aún no han sido diagnosticados.
Por eso, los hepatólogos de la AEHH recalcan la necesidad de mejorar los programas de detección del cáncer de hígado ya que “la proporción de pacientes con cirrosis diagnosticados de cáncer en el seno programas de cribado no ha cambiado y por tanto no logra despegar”.
Actualmente, el 43 % de los casos son detectados fuera de estos programas y lo habitual es que la enfermedad se encuentra en una fase más avanzada y, por tanto, menos probable que sea candidata a un tratamiento curativo.
En el congreso de la AEHH también se ha abordado un estudio multicéntrico e internacional, con cerca de 11.000 pacientes de España y Estados Unidos, que evidencia que las personas con síndrome metabólico y obesidad tienen mayor riesgo de sufrir una enfermedad hepática cuando consumen diariamente cualquier cantidad de alcohol, incluso si es moderada o baja.
Ya era conocido que tanto la disfunción metabólica como el consumo de alcohol causan acumulo de grasa en el hígado, por lo que el objetivo de este estudio ha sido evaluar de manera específica el impacto de diferentes niveles de consumo de alcohol.
La combinación de alcohol y obesidad se viene convirtiendo en una amenaza tan importante para la salud hepática que los expertos hablan de una nueva enfermedad, a la que han denominado MetALD (Enfermedad Metabólica-Alcohólica).
Otro estudio presentado en el ámbito de enfermería del congreso, con 430 pacientes de Atención Primaria de Barcelona y centrado en investigar la conexión entre diabetes mellitus y consumo de alcohol y su impacto en el hígado, evidencia que incrementa el riesgo de fibrosis hepática y la necesidad de prevenirlo en las consultas de enfermería de los centros de salud.
Otro estudio presentado en el 49 congreso de la AEEH, realizado por especialistas de los servicios de Hepatología y Farmacia del Hospital Clínic de Barcelona, determina que consumir suplementos dietéticos y productos de herboristería potencialmente hepatotóxicos en personas con una hepatopatía de base podrían ser perjudiciales para su salud.
La muestra es de 150 pacientes que habitualmente consumen estos productos y desconocen sus posibles consecuencias sobre su enfermedad hepática “por lo que es indispensable fomentar la educación sanitaria” entre estos pacientes.
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