Redacción internacional.- La compañía de internet y telefonía KPN, de Países Bajos, realizó una poderosa campaña en la que mostraba la situación de alta vulnerabilidad de una adolescente frente a sus compañeros cuando se comparten nudes o escenas privadas.
En este vídeo pensado para la prevención se muestran las consecuencias psicológicas sobre una joven cuando alguien, con quien tiene una relación, comparte sus fotos íntimas con los compañeros y la ausencia de secuelas cuando se la protege.
Según Unicef España, el 42% de los adolescentes recibe contenido sexual desde internet sin desearlo. En el estudio Impacto de la tecnología en la adolescencia. Relaciones, riesgos y oportunidades, en el que participan 50,000 adolescentes españoles, el resultado es un mapeo sobre cómo usan la tecnología los chicos y chicas de nuestro entorno y, sobre todo, cómo se relacionan a través de las pantallas y los dispositivos electrónicos.
En el estudio se muestran varias conclusiones que deben llamarnos la atención. Entre los riesgos, el 42% de los encuestados asegura haber recibido mensajes de contenido erótico o sexual y uno de cada cinco podría haber sufrido ciberacoso y 13,8% reconoce haberlo enviado.
El 57,2% de los adolescentes encuestados acepta desconocidos en las redes sociales y un 55,2% ha contactado con ellos. Un 35,4% asegura haber entrado en páginas de contenido erótico o pornográfico y un 9,8% -casi uno de cada 10- reconoce que un adulto le ha realizado una propuesta sexual a través de internet, chats, redes o videojuegos.
También existe un 4,7% que afirma haber entrado en la deep web, o internet profunda, donde se puede tener acceso a información de tránsito de drogas, armas y contenidos pederásticos.
Chicas y chicos se conectan buscando relaciones, comunicarse con sus amigos y divertirse. Sin embargo, la falta de conocimiento sobre algunos de los peligros, así como de medidas preventivas para evitarlos, pueden poner en serio riesgo a muchos adolescentes. Los datos aportados también indican que puede haber una falta de presencia y acompañamiento por parte de las familias en la vida de los adolescentes, lo cual les lleva a buscar compañía y apoyo en Internet y las redes sociales.
Teniendo en cuenta que las relaciones son una parte esencial de nuestras vidas y especialmente durante la adolescencia, que es un momento bisagra, su salud mental puede verse afectada.
Muchos adolescentes viven pendientes de las aceptaciones y rechazos en las redes y eso hace que vivan con constantes preocupaciones, miedo y angustia. Entre los principales riesgos identificados por chicas y chicos en su experiencia en el entorno digital está el ciberacoso, el contacto con extraños, sentirse discriminados o excluidos, el chantaje y la sextorsión, o el acceso a contenidos inadecuados para su edad.
La difusión sin consentimiento de nudes y packs (N.delR: son fotos del cuerpo desnudo de una persona y packs es con ropa interior) puede ser considerada extorsión sexual o sextorsión o pornovenganza y sucede debido a que el contenido íntimo puede cobrar mucho valor en términos de venganza, factores económicos y de poder.
Son cada vez más frecuentes los testimonios de las y los adolescentes que tienen que permanecer en una relación violenta porque su expareja amenaza con difundir imágenes, o que deben radicar denuncias ante las amenazas de viralizar el contenido o adolescentes que desean dejar la escuela o los ámbitos donde se compartió una imagen por la humillación y el oprobio que los convertirá en víctimas de acoso rápidamente. Estas imágenes o videos también pueden llegar a plataformas donde este contenido se vende sin importar a quién y sin que los adolescentes tengan conocimiento del hecho.
En el caso de la sextorsión la persona es amenazada y extorsionada para obtener dinero u obligarla a hacer algo a cambio de no difundir las imágenes o vídeos íntimos.
En la pornovenganza se difunde material no consentido de imágenes o vídeos íntimos en redes sociales, servicios de mensajería instantánea o cualquier tipo de medio social donde se comparte información. El Código Penal considera a la pornovenganza un tipo de extorsión. Sucede luego de rupturas amorosas o peleas, alguna de las personas involucradas difunde de forma pública material íntimo sin consentimiento de la otra con intención de dañar. En general es un delito cometido por varones.
Este delito ocurre mayoritariamente a adolescentes y mujeres, por eso constituye violencia de género digital. Se trata de cualquier acto de violencia cometido, asistido o agravado por el uso de la tecnología de la información y las comunicaciones (teléfonos móviles, internet, redes sociales, videojuegos, mensajes de texto, correos electrónicos, etcétera) contra una mujer, niña, adolescente o persona de la diversidad por el hecho de serlo. La violencia de género digital no es más que una nueva expresión de la tradicional violencia de género.
En “Comunicación digital entre el placer y el peligro” un artículo de Martha Erika Pérez Domínguez, publicado en Comunicación y sociedad en 2020, la autora explora las formas en que los jóvenes de 15 a 19 años de dos ciudades mexicanas viven y dan significado al sexting. El artículo concluye que el sexting es una práctica colectiva, no individual, que está inserta en un entramado de relaciones de género y, por tanto, de poder.
Es decir que hay una nueva forma de vincularse en términos fácticos pero las estructuras subyacentes son las de siempre. Quienes más padecen sextorxiones y pornovenganzas son las adolescentes mujeres.
En el estudio de UNICEF España se constata que un 26,8% afirma que algunos de sus contactos le ha enviado fotos o vídeos suyos de contenido erótico o sexual, lo que se conoce como sexting pasivo. Un 11,4% reconoce que lo han presionado para enviar fotos y un 8% lo ha hecho. Por último, 3,7% ha sufrido chantaje con publicar, difundir o reenviar fotos o vídeos de contenido erótico o sexual.
Según el estudio “Impacto del sexting en adolescentes y sus consecuencias psicológicas de Robinson Hermel Torres Mora, Universidad Nacional de Chimborazo, Ecuador”, el impacto psicológico es alto en los adolescentes por las prácticas del sexting cuyas consecuencias son múltiples y variadas, entre las que destacan: la ansiedad, nervios, agresión, baja autoestima, depresión, desgaste emocional, intento y muchas veces llega a la consumación del suicidio.
Las víctimas presentan sintomatología que menoscaba la emocionalidad, afectando la autoestima, la concentración y el rendimiento escolar. Los agresores también pueden presentar problemas de adaptación y de interacción social, comportamientos inadecuados y/o violentos, pueden llegar a ser partícipes de la delincuencia y criminalidad, presentan distanciamiento con los objetivos escolares, bajo rendimiento y abandono escolar, problemas emocionales, entre otros.
Los diferentes estudios e investigaciones de muy diversas geografías demuestran que el sexting es una práctica extendida, y naturalizada por los adolescentes, y una gran cantidad de veces deviene en una forma de tragedia personal pero también colectiva, que involucra muchas veces a toda una comunidad educativa. Las víctimas de extorsión son mayoritariamente mujeres.
Las consecuencias psicológicas se reflejan en cuadros de ansiedad, depresión, aislamiento social, baja autoestima, bajo rendimiento académico, riesgos de ciberacoso, y grooming.
Desde la psicología promovemos la psicoeducación, y la educación emocional que involucra el cuidado del sí mismo y del otro, la educación sexual integral también como marco ético de las prácticas.
Las campañas de prevención de las violencias como la de KPN son imprescindibles porque promueven la responsabilidad ética y sexoafectiva del uso de las redes sociales, las causas y consecuencias psicológicas del sexting cuando no se cuida al otro.
También es un llamado de atención a las familias, profesionales y comunidades para crear redes integrales y articuladas de protección y educación para los adolescentes. La violencia de género también se expresa en el sexting cuando viene acompañado de amenazas y extorsiones y acoso.
Es muy importante tener en cuenta que internet es como tener abierta la puerta de casa las 24 horas del día y que el tráfico es intenso y no siempre agradable. El acompañamiento de los niños y adolescentes en esta nueva forma de socializar y relacionarse sexoafectivamente es fundamental.
Esto implica la reflexión constante, el refuerzo de los lazos afectivos y comunicativos, la deconstrucción de prácticas y narrativas machistas de instrumentalización de las personas, desde niñas.
Esta guía está orientada a madres, padres, familias y docentes para que puedan ayudar y acompañar a niñas, niños y adolescentes en el cuidado y la prevención de situaciones de sexting en internet y en las redes sociales. Fue elaborado en el marco del Programa Con Vos en la Web de la Dirección Nacional del Sistema Argentino de Información Jurídica del Ministerio de Justicia de la Nación.
Sonia Almada: es Lic. en Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Magíster Internacional en Derechos Humanos para la mujer y el niño, violencia de género e intrafamiliar (UNESCO). Se especializó en infancias y juventudes en Latinoamérica (CLACSO). Fundó en 2003 la asociación civil Aralma que impulsa acciones para la erradicación de todo tipo de violencias hacia infancias y juventudes y familias. Es autora de tres libros: La niña deshilachada, Me gusta como soy y La niña del campanario.
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