Redacción externa.- El rápido avance en las operaciones espaciales de Rusia y China está obligando al Pentágono a acelerar su capacidad para librar una guerra en el espacio, convencido de que Moscú y Pekín presentan una supuesta amenaza para sus tropas y satélites militares en órbita. Así lo reportó este viernes The New York Times, citando a miembros del Departamento de Defensa de EE.UU. familiarizados con la iniciativa.
Los funcionarios reconocen con mayor frecuencia que los nuevos planes, que son altamente confidenciales, reflejan un cambio importante en las operaciones militares en un contexto en que el espacio pasó a ser un campo de batalla. «Debemos proteger nuestras capacidades espaciales y al mismo tiempo poder negarle a un adversario el uso hostil de sus capacidades espaciales», dijo al respecto el general Chance Saltzman, jefe de operaciones espaciales de la Fuerza Espacial estadounidense. «Porque, si no tenemos espacio, perdemos», explicó.
Esta estrategia difiere de programas militares espaciales previos al ampliar el rango de capacidades ofensivas, muy superior a la propuesta de Iniciativa de Defensa Estratégica de la década de 1980 (también conocida como ‘Guerra de las Galaxias’), durante la presidencia de Ronald Reagan, que nunca se concretó y que se centraba en el uso de satélites para proteger al país de ataques nucleares.
«Lograr la superioridad espacial»
EE.UU. depende de satélites militares para comunicarse, navegar, rastrear y atacar amenazas terrestres, herramientas que, según el periódico, le han dado ventajas al Pentágono durante décadas. Ahora, se está buscando adquirir una nueva generación de artefactos terrestres y espaciales que le permitan defender su red de satélites de ataque, e incluso desactivar o interrumpir naves espaciales en órbita, de acuerdo a las declaraciones de los funcionarios recopiladas por el medio.
«Lograr la superioridad espacial mediante la supresión efectiva de las capacidades espaciales del enemigo» es como describe esta táctica una doctrina de combate de guerra de la institución actualizada recientemente.
Los líderes del Pentágono se negaron a discutir detalles específicos del plan, aparte de comentar que para 2026 tenían la intención de tener «una capacidad sustancial en órbita que nos permita competir en operaciones de espectro completo». Una estimación de un ingeniero aeroespacial, citado por el medio, señala que se podría gastar cientos de millones de dólares al año en sistemas diseñados para perturbar los activos espaciales enemigos.
Temor al avance chino y ruso en el espacio
Detrás de la iniciativa está el temor de Washington ante el avance chino y ruso en el área. Funcionarios del Pentágono y una reciente evaluación de la CIA dicen que tanto Rusia como China ya han probado o desplegado sistemas como láseres terrestres de alta energía o satélites maniobrables.
La preocupación ha aumentado considerablemente con informes de que Rusia podría estar desarrollando un arma nuclear espacial que podría destruir en gran medida los satélites en órbita, algo que Rusia niega. Los funcionarios citan el éxito de las herramientas de guerra electrónica rusas utilizadas en el conflicto ucraniano, que han perturbado los sistemas de armas estadounidenses.
Además, existe temor entre los militares estadounidenses por la creciente flota de herramientas militares chinas en el espacio. Al respecto, el secretario de la Fuerza Aérea, Frank Kendall, afirmó que EE.UU. necesita «derrotar» las capacidades espaciales de Pekín para «operar con éxito en el Pacífico Occidental».
«Excusa» para mantener la hegemonía
China y Rusia han rechazado estas acusaciones, argumentando que es Estados Unidos quien está impulsando la militarización del espacio. «Estados Unidos ha estado promocionando repetidamente a China como una ‘amenaza en el espacio exterior’ para difamar y atacar a China», afirmó a principios de año el Gobierno del país asiático, calificando las acusaciones como una «excusa» para que Washington «expanda sus fuerzas en el espacio exterior y mantenga la hegemonía militar».
Por su parte, el representante permanente de Rusia ante la ONU, Vasili Nebenzia, señaló previamente que Moscú está dispuesta a renunciar a cualquier arma en el espacio si otros países en la ONU hacen lo mismo.
A fines de abril de este año, Nebenzia comentó el proyecto de resolución de EE.UU. y Japón sobre el no despliegue de armas nucleares en el espacio, vetado por Rusia. El representante expresó que los autores rechazaron adoptar la enmienda propuesta por Moscú y Pekín, que busca prohibir el despliegue de todo tipo de armamento en el espacio.
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