ELÍAS PIÑA.- Cristobalina Cuevas de Oleo recorrió casi 260 kilómetros de carretera para ejercer su derecho al voto. En total, duró seis horas montada en una guagua para llegar desde Sabana Perdida, en Santo Domingo Norte, hasta Hondo Valle, un municipio que pertenece a la provincia Elías Piña.
Esta ciudadana de 46 años tenía cuatro procesos electorales sin sufragar. Aunque no pudo establecer las razones por las cuales se había abstenido tanto tiempo, explicó las razones que la movían ahora:
«Yo tenía todo ese tiempo sin votar, pero ese es un derecho y un deber que nadie puede dejar de ejercer. No es correcto que la gente no vote», dijo. Agregó que es importante aparecer en los registros como una ciudadana que elige a sus autoridades.
A pesar de que fue el sábado a las seis de la mañana cuando salió de su hogar, su proceso de preparación para embarcarse en ese viaje inició doce horas antes. Contó que el viernes en horas de la tarde comenzó a «meter» en un bulto lo que necesitaba: tres pantalones jeans, cuatro blusas, una ropa para dormir, unas sandalias y los tenis que usaría para irse. Esto, además de los utensilios de uso personal de costumbre: cepillo de dientes y demás.
Al llegar a su destino el sábado en horas de la tarde, comenzaba la cuenta regresiva y su plan estaba claro: salir a las siete en punto de la mañana para su colegio electoral a sufragar.
Y el día llegó. La alarma sonó a las 5:30 de la mañana. Tras tomar el acostumbrado baño matutino, ponerse su vestimenta y desayunar, Cristobalina salió a cumplir con su deber. Tomando en cuenta que su colegio electoral queda a poca distancia de la casa de su madre, lugar donde se hospedó, se dirigió a su destino a pie. Llegó faltando quince minutos para las siete. A esa hora ya había personas esperando y se puso en fila. Finalmente, minutos más tarde, ya tenía su dedo entintado y su cédula de vuelta.
En general, calificó el proceso como fácil y organizado. A solo horas de conocer si República Dominicana tiene nuevo presidente o si el actual mandatario continuará con un segundo mandato, la señora tiene algo claro: «no volveré a perderme cuatro elecciones sin votar».
Ahora se muestra esperanzada de que la persona que la representará por los próximos cuatro años lo haga por el bien común y tome decisiones que favorezcan a los menos pudientes.
Recibe las últimas noticias en tu casilla de email