La llegada del nuevo año 2013 y los retos que trae para la economía deben recibirse con trabajo y planes creativos, en lugar de actitudes quejumbrosas que en nada ayudan a superar crisis y mucho menos a obtener logros.
La visión proactiva y optimista es siempre aconsejable y sensata, aunque es más fácil conceptualizarla como propuesta que llevarla a la realidad particular de cada familia o sector de la sociedad dominicana.
Sin embargo, no se pueden ignorar datos concretos y preocupantes como los efectos inflacionarios que comenzarán a sentirse a partir de enero como resultado de la entrada en vigencia del aumento a 18 por ciento del Itbis que se cobra en artículos básicos y de consumo masivo que estaban exentos de este gravamen.
Para muchas familias de escasos recursos y también de la clase media –probablemente la más golpeada cada vez que se recurre al trastornador esquema de los paquetazos fiscales- estos incrementos impondrán grandes sacrificios y restricciones en sus presupuestos.
Los ciudadanos tendrán que hacer ajustes y reorientar sus gastos, suprimiendo cuestiones que no sean estrictamente imprescindibles para poder enfrentar esta crucial etapa social y económica de la vida nacional.
Es innegable que esto determinará una degradación en la calidad y estilos de vida de muchas personas, al tener que hacer supresiones para readaptarse a los desafíos, lo que pondrá nuevamente a prueba la paciencia y la entereza para sobrevivir en tiempos difíciles.
El Gobierno y el presidente Danilo Medina enfrentan un escenario complicado, en gran medida por la situación económica heredada de la pasada administración, que fue el factor determinante de que se tuviera que aplicar una nueva reforma fiscal.
Pero gracias a un estilo de gobierno diferente en que todo parece indicar que la austeridad será algo más que una palabra, hay perspectivas de que su gestión se encamina a sentar las bases de una gradual y sostenida recuperación de las finanzas públicas.
Un manejo con tacto e inteligencia frente a las protestas populares que surjan será determinante para que las autoridades puedan sortear el temporal, evitando que el deterioro económico degenere en una crisis social.
Sin dejar de hacer el papel vigilante y crítico que le corresponde, la oposición deberá hacer también su aporte para evitar que se pueda llegar a una situación de ingobernabilidad que tendría repercusiones negativas en todo el país.
Afortunadamente no todo luce desfavorable, porque en el aspecto de la educación los augurios son del inicio de lo que podría ser la etapa de mayor atención a ese vital sector, al ser favorecido por primera vez con el 4 por ciento del Producto Interno Bruto.
Lo que ocurra en otras naciones no es consuelo para nosotros, pero de algún modo debemos mirar hacia las economías del primer mundo como Estados Unidos y España, para solo citar dos casos, a fin de advertir que la crisis económica es un signo cada vez más amenazante y global del tiempo presente.
La familia SIN desea felicidad, paz y prosperidad a todos los dominicanos de buena voluntad y les anima a emprender este nuevo año con energías renovadas para la búsqueda de un mejor futuro en un ambiente de libertad, democracia y estabilidad social.
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