He estado pensando en Danilo Medina y el Partido de la Liberación Dominicana, PLD. Como ciudadana común y corriente, que no sabe de política, pero que valora el rol de los partidos políticos en el sistema democrático, considero que no es el momento adecuado para que Danilo deje la presidencia del PLD, salvo que busque fortalecer otras instituciones. Hoy, el PLD está viviendo su peor crisis; para estabilizarse, necesita ser presidido por un líder que conozca y valore sus orígenes, estructura, fines, misión, luchas; que sea capaz de buscar en los escombros, reestructurarlo y levantarlo; alguien que sea respetado por todos y los una.
No me referiré a los orígenes del PLD ni como ha sido utilizado como plataforma de algunos ambiciosos que solo buscan poder, dinero, destacarse; tampoco analizaré los aportes positivos o negativos que haya dado a la nación, a la democracia; me concentrare en que Danilo ha sido uno de sus grandes pilares, vanguardista, y que el PLD, hoy más que nunca, lo necesita. Preocupa que los que solo buscan beneficios personales, adentro y fuera de esa institución, actúan como enemigos, quieran destruirla y lo aturden; algunos ambiciosos, desesperados, hace años, abandonaron el partido y decidieron competir y atacar desde otros escenarios. De ahí que, la renuncia de Danilo a la presidencia del PLD, en este momento tan crítico, es, a mi juicio, una forma de facilitarle el alcance de sus objetivos, de despejarle el camino.
Danilo como buen político, debería comprender que del PLD está saliendo el pus, los ambiciosos, que están quedando los que siguen los ideales de Juan Bosch y piensan en el bienestar de la nación; por tanto, debe concentrarse en analizar los motivos de su caída y a la luz de sus conocimientos y experiencias políticas, de sus deseos de bienestar para la población, permanecer , al menos un año más, en la presidencia para fortalecerlo y luego poner sus riendas en las manos de uno de sus innumerables lideres valiosos, en personas confiables, honestas, capaces de colaborar para hacer una mejor nación.
Necesitamos partidos políticos que ponderen la realidad nacional con objetividad, sin fanatismo, que cooperen para que la población progrese, no solo destacando lo negativo del gobierno de turno sino apoyando lo positivo; no importa quien esté al frente de los poderes del Estado, deben ayudar al desarrollo armónico, equilibrado y humano de la población. La vida es una y debemos vivirla en armonía.
Danilo, como fundador y rector del PLD, junto a su equipo, debe ponderar, cuidadosamente, todos los aspectos y reestructurarlo; este proceso de recuperación debe ser dirigido por personas que le duela, que ame el partido como Danilo , quien conoce “todas las piezas de esa carreta” , las que están y las que salieron; no debe soltarlo en el momento que más lo necesita; él sabe que hay mucha pus, toxico, del PLD, saliendo rumbo a otro escenario; eso puede facilitar su recuperación; lo que hoy parece perdida, puede ser una gran ganancia.
Indiscutiblemente, Danilo debe permanecer, al menos un año más, en la presidencia del PLD hasta que se despeje, reestructure, reformule y arranque con firmeza; ese será el mejor legado que le dará, no solo a los peledeistas sino a toda la nación, que necesita de una oposición juiciosa y alternativas saludables. Adelante, Danilo, ¡no se rinda! Ningún padre abandona sus hijos en el peor momento, ni por ambición personal como lo hicieron otros. Dios, observa.
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