REDACCIÓN. – Cada 14 de junio se celebra el Día Mundial del Donante de Sangre promulgado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con la finalidad de sensibilizar a la población acerca de la importancia de donar sangre, para contribuir con la salud de pacientes que requieren transfusiones.
De acuerdo con un documento de la OMS, las personas que donan sangre son seres importantes, porque garantizan una mejor calidad de vida para esos pacientes que la necesitan.
El documento señala que las trasfusiones de sangre y sus productos ayudan a millones de vidas al año.
También se trabaja para establecer sistemas e infraestructuras, destinadas a incrementar las donaciones de sangre y productos sanguíneos seguros para transfusiones, con el apoyo de los gobiernos y las autoridades sanitarias.
“Las donaciones de sangre contribuyen a que los pacientes con enfermedades potencialmente mortales vivan más tiempo con mejor calidad de vida y posibilitan la realización de intervenciones médicas y quirúrgicas complejas”, señala el documento.
La misiva menciona que los que reciben estas donaciones de sangre tienen una función en la atención de materno infantil, el embarazo y a cualquier accidente.
Los servicios de sangre que permiten a los pacientes acceder a sangre y productos sanguíneos seguros en cantidades suficientes son un componente clave de los sistemas de salud eficaces.
La OMS menciona que solo se puede asegurar un suministro suficiente mediante donaciones regulares, voluntarias y no remuneradas. No obstante, en muchos países los servicios de sangre siguen teniendo problemas para ofrecer sangre suficiente y garantizar su calidad y seguridad.
Este año la OMS también felicita y agradece a aquellas donantes con lema «20 años celebrando la generosidad: ¡Muchas gracias, donantes de sangre!»
La fecha de esta efeméride conmemora el nacimiento de Karl Landsteiner, patólogo y biólogo austríaco que descubrió y tipificó los grupos sanguíneos, motivo por el cual se le concedió el Premio Nobel de Medicina en el año 1930.
Ser mayor de edad (de 18 a 65 años).
Estar sano físicamente.
Con un peso mínimo de 50 kilos.
No haber sufrido enfermedades infecciosas (VIH-Sida, Sífilis, Hepatitis, Paludismo, entre otras).
No ser consumidor de drogas.
No debe estar ingiriendo antibióticos, ni determinados medicamentos.
Con tensión arterial normal.
Sin tatuajes o piercings recientes (4 meses previos).
No haber sido sometido a un trasplante.
No haber recibido transfusiones de sangre.
No es recomendable que las mujeres embarazadas sean donadoras, ya que la sangre es el medio de alimentación y oxigenación del feto.
No haber sido sometido a intervenciones quirúrgicas o endoscopias recientes (4 meses previos).
El donante deberá someterse a una evaluación previa efectuada por personal sanitario especializado, suministrando la información requerida, a fin de determinar si es apto para donar sangre.
Asimismo, debe seguir estas indicaciones:
Ingerir una comida completa, con un lapso de 1 a 2 horas antes de la extracción de sangre.
Indicar los medicamentos, vitaminas y suplementos alimenticios que está ingiriendo.
Someterse a un análisis de sangre previo, a fin de determinar la compatibilidad, grupo sanguíneo y descarte de enfermedades infecciosas.
Después de la extracción de la sangre, el donante deberá tomar líquidos y consumir alimentos, evitar levantar peso o efectuar actividades que requieran esfuerzo, durante las 24 horas posteriores.
El proceso de extracción de sangre dura aproximadamente 20 minutos y se puede donar sangre una vez por semana.
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