Santo Domingo.- Con la amenaza latente de que cada año los fenómenos atmosféricos sean más voraces, destructivos y fuera de época, el país se ahoga ante la depredación de ríos y bosques que ponen al borde de la extinción a decenas de afluentes.
Los ríos son la principal fuente de vida para los ecosistemas de agua dulce, para el consumo humano y el regadío agrícola. Pero su existencia no está garantizada: Además del calentamiento global, la deforestación, la sobreexplotación y la extracción de materiales pone en peligro su futuro.
La falta de compromiso ciudadano está encaminando el futuro de los afluentes a un abismo.
La extracción ilegal de materiales del río Guayubín ha dejado sin el sustento a los agricultores Francisco Domínguez y Teodoro Martínez, quienes en varias ocasiones han perdido sus cosechas por la falta de agua en los ríos de Montecristi.
´´Uno queda con esa deuda con la mano en la cabeza, con la deuda del banco y sin cosecha y a esperar que calme la situación para volver de nuevo´´, indicó Teodoro Martínez
La depredación de los afluentes también le ha costado la vida a quienes han intentado preservarlos. Francisco Ortiz Báez, de 39 años, murió de un disparo en abril pasado cuando trataba de frenar una extracción ilegal de arena del río Tireo, en Constanza.
´´Las amenazas son graves y los agresores compiten en tener influencia con las autoridades que tienen el poder de la coerción y el sometimiento a la justicia´´, puntualizó el ambientalista Andrés Ferrer.
La extracción clandestina de materiales también afecta ríos de otras localidades, como Bonao, La Vega y San Juan, donde los afluentes ahora parecen caminos vecinales por dónde sólo corre agua durante temporadas de fuertes lluvias.
Especialistas en medio ambiente advierten que de no frenarse ahora las prácticas ilegales que reducen el caudal de las cuencas, a largo plazo podrían extinguirlas.
´´Hemos provocado tres efectos: una depresión de capa freática, una mayor tasa de evaporación y el hecho que cuando vienen las grandes lluvias tenemos mayores factores de riesgo, todo esto nos dice que tenemos una crisis muy seria con el agua´´ agregó el también ambientalista Luis Carvajal.
De 97 cuencas que tiene el país, solo el Yaque del Norte, el Yaque del Sur, el Yuna, Nizao y el Ozama– Isabela están intervenidas por el Ministerio de Medio Ambiente para mejorar el servicio, que impacta al 88 por ciento de la población que se abastece de esos afluentes y que además ocupan el 44 por ciento del territorio nacional, según detalló el viceministro René Mateo.
´´Uno de los proyectos que atacar de los servicios ecosistémicos está la erosión del suelo y la erosión es causada porque los usos naturales para los cuales el suelo está destinado han sido alterados, porque la mayoría de los humanos que vivimos en esas cuencas altas son los más pobres´´ indicó.
Sin embargo, el uso inadecuado por parte de la población del suministro de agua proveniente de esos ríos también agrava la posibilidad de un déficit en el futuro y obliga desde ahora a conseguir el líquido mediante la compra de camiones cisterna.
´´Esta también el tema tarifario, porque dicen que lo que nada nos cuesta hagámosle fiesta. Por ejemplo nos reportan: mire al vecino le llega el agua y a mí no, y son vecinos, lo que pasa es que él vecino está un chin más alto y está consumiendo una cantidad excesiva de agua y al otro vecino le llega´´, dijo Luis Salcedo, director de Operaciones de la CAASD.
´´Aquí llega una vez a la semana, los martes y el que no se levantó . Hay que comprar agua, por lo menos yo tuve que comprar para poderme bañar porque no había´´, también señaló Dilenia Santana, residente en Herrera.
El futuro sostenible de las próximas generaciones pende de las acciones simples que en la actualidad se tomen, como usar responsablemente el agua y preservar los ríos.
Cuidar de los ríos además es vital para no desencadenar una crisis alimentaria y de salud pública, pero también para garantizar el servicio de agua, que muchas personas no reciben.
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