Santo Domingo. Llamada por los cronistas deportivos “La Reina de Ébano”, Bethania de la Cruz había anunciado con antelación que estos serían sus últimos Juegos Olímpicos en los que estaría participando, y de igual manera sería su última participación oficial con la camiseta de la selección que durante 20 años llevó con orgullo mostrando el número 18 en incontables torneos, dentro y fuera de la tierra que la vio nacer.
El 6 de agosto tiene una gran simbología deportiva para los dominicanos, ya que ese día se han visto muchos logros dorados, como la primera medalla de oro panamericana de Félix Sánchez en República Dominicana en 2003, el mismo Félix repitiendo el oro en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, Luguelín Santos ganando la plata en ese día, en 2021 Marileidy Paulino colgándose la plata en Tokio 2020, y ese día, pero en 2024, llegó el adiós de una reina.
“Betty”, como la llaman sus amigos y allegados, dijo adiós de manera formal en una publicación en su cuenta de Instagram, escribiendo en sus primeras líneas: “Llegué con un sueño de ser conocida en el mundo, soñé, trabajé duro, Dios lo multiplicó y me dio mucho más de lo que soñé…” De inmediato, las reacciones no se hicieron esperar. Antes de las 24 horas, llevaba más de 1,200 comentarios y más de 8,600 likes de amigos, fanáticos y personas ligadas al deporte en general.
“The Big Beth”, su usuario en redes sociales, describe muy bien cómo el voleibol la forjó: una gran Betty, ejemplo a seguir y motivadora de su generación. Su familia, pilar importante en el desarrollo de su carrera, siempre ha estado presente, y el único mensaje que la gran jugadora de voleibol fijó en su cuenta fue el de su esposo con estas palabras: “Mi negrita… siempre orgulloso de ti. Gracias por darnos tanto. La mejor de todos los tiempos. Grandiosa y admirable carrera. Sé que Dios seguirá bendiciéndote. Te amo.”
Equipos con los que reforzó a nivel internacional, seguidores en las redes, comunicadores, compañeras de equipo en la selección, entre otros, le dedicaron historias con emotivas palabras que ella reposteaba al segundo de recibir la notificación como muestra de agradecimiento al cariño expresado, incluyendo mensajes en distintos idiomas como inglés, turco, francés e italiano.
Su retiro llega a los 37 años cumplidos, más de la mitad de su vida entre las líneas del juego, siendo veterana de mil batallas, jugando el rol que le correspondía según ameritaba el momento, llevando el título de capitana en gran parte de su trayectoria, paseando su talento como refuerzo por Puerto Rico, Japón, Corea, Turquía, Rusia, Italia, Yakarta, y vistiendo la camiseta de la selección ha saboreado el oro panamericano en varias ocasiones.
Con su estadía en el deporte y la manera como lo dio todo para su selección, este adiós se convierte en un «Hola» a la puerta de la inmortalidad para el Salón de la Fama del deporte dominicano y un reconocimiento a la corona que merecidamente ha ganado la gran reina del ébano del voleibol dominicano.
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