En las naciones donde la democracia y la libertad tienen vigencia efectiva, con sus imperfecciones, pero siempre con posibilidad de mejoras, la rendición de cuentas bien ejercida de parte de los poderes públicos debe ser una forma de diálogo y comunicación productiva con la población.
Ocurre, sin embargo, que en la cultura política dominicana, generalmente esas rendiciones de cuentas son casi siempre de forma sobredimensionadas, con una lista de lo que consideran logros y en ausencia del sentido crítico que debe incluir toda gestión de compromiso público.
Siguiendo esa cultura, y en una novedad que sienta un precedente, por primera vez el Senado y la Cámara de Diputados hicieron este miércoles sus respectivas rendiciones de cuentas en una sesión conjunta, justo cuando el presidente propone eliminar 53 curules de la cámara baja.
Es comprensible que los legisladores hablen y destaquen lo que consideran objetivos alcanzados, pero deben saber que la ciudadanía no solo escucha sino que también analiza y forma sus propios juicios.
En ese sentido, nos habría gustado escuchar alguna que otra mea culpa por la frustración que ha sido este largo y aun inconcluso proceso para aprobar el Código Penal.
También habría sido un buen paso en la búsqueda de mayor respeto del país, que esta rendición de cuentas hubiera incluido un pronunciamiento para anunciar la definitiva supresión del cuestionado barrilito, que tal y como ha revelado El Informe en por lo menos cuatro ocasiones, los fondos no siempre llegan a su destino, no hay transparencia completa, se usan para el clientelismo o hasta para actividades que claramente son proselitistas.
¿En el caso de los Diputados, por qué no suprimen el uso discrecional de un fondo de pretendido interés social y del cual no tienen que rendir cuentas?
Otro punto que también hubiera marcado la diferencia en esta rendición de cuentas podría haber girado sobre los pasos que el Congreso ha dado para cumplir con una de sus responsabilidades fundamentales que es el de fiscalizar al Poder Ejecutivo.
Ojalá que los congresistas que se instalen este 16 de agosto mediten sobre estos temas y comprendan su importancia porque en esa medida lograrán mayor apoyo y credibilidad ante la opinión pública.
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