REDACCIÓN. – El 22 de octubre se celebra el Día Internacional de la Tartamudez o también conocido como Día Internacional de la Conciencia del Tartamudeo, como una fecha de apoyo a las personas que padecen esta condición y que a veces no encuentran los apoyos suficientes para desenvolverse normalmente en su día a día.
Tartamudez es la palabra con que generalmente conocemos a la espasmofernia, disfernia o disfluencia del habla. Un trastorno comunicacional que tiene como característica la interrupción involuntaria al hablar y viene acompañada de miedo, estrés, así como de tensión muscular en la cara y el cuello.
La causa específica que genera este desorden no se ha encontrado aún, pero diversos estudios demuestran que es en un 80% hereditaria y en un 20% de origen bioneurológico.
Entre los dos y los cuatro años comienza a hacerse visible, aunque puede llegar a confundirse con las dificultades que tienen los niños para hablar durante esa etapa.
Según las estadísticas, tan solo uno de cada veinte niños llega a tartamudear y un gran número de ellos logran superar el trastorno durante la adolescencia.
Uno de los mayores problemas a los que se enfrentan quienes tartamudean es al cuestionamiento sobre su inteligencia, habilidad emocional y burla, generándoles efectos negativos a nivel psicológico y llevándolos a aislarse socialmente.
Durante los años 70, comenzaron a crearse grupos de autoayuda y asociaciones nacionales relacionadas con el tartamudeo, que se reunían y apoyaban a nivel local.
Posteriormente surgió un interés de organizar grupos de cooperación global. En 1986, durante el I Congreso Mundial celebrado en Kyoto (Japón) surgió la idea de fundar una organización a nivel internacional.
Sin embargo, no sería hasta el 25 de julio de 1995, cuando veinticinco asociaciones nacionales aprobaron dicha propuesta, naciendo así, la Asociación Internacional de Tartamudos (ISAD). Esta institución sin fines de lucro es el medio para que las personas que tartamudean sean escuchadas y tiene como misión mejorar las condiciones de todos aquellos que son afectados por la tartamudez.
De acuerdo con expertos esta patología afecta más a los hombres que a las mujeres 4 hombres por 1 mujer.
Relajación: El objetivo general es conseguir la relajación de la musculatura general y fonadora.
Respiración: Se trabaja para conseguir una coordinación fonorrespiratoria correcta, con una respiración costo-diafragmática.
Articulación: El objetivo es conseguir un control de la tonicidad y coordinación de la musculatura de la fonación.
Aspectos lingüísticos: Desarrollar la capacidad de asociar ideas y expresarlas.
Lectura: Conseguir la autoconfianza ante un texto escrito.
Conversación: Llegar a conseguir un habla relajada y con disminución de bloqueos.
Reflexionar y relajarse al comenzar a hablar.
Antes de hablar espirar un poco e inmediatamente hablar.
Al mantener los labios en una posición óptima, las palabras saldrán mejor.
Hablar vocalizando.
No hablar en los bloqueos y esperar un tiempo de relajación.
Hablar sosegada y lentamente.
Inspirar y espirar relajando los músculos fonadores.
Adaptar la emisión a la respiración.
No atender a la forma de hablar, sino dedicar tiempo a pensar lo que se va a decir.
Realizar actividades extralingüísticas expresivas.
Hacer gimnasia y deportes ya que influyen en la voluntad y el carácter, produciendo dominio en la respiración y restableciendo el equilibrio.
No fatigarse excesivamente y evitar el estrés.
No leer ni asistir a espectáculos misteriosos o violentos.
Alimentarse adecuadamente.
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