Florida.- Spirit Airlines, la aerolínea de bajo costo más grande de Estados Unidos, anunció este lunes que se ha declarado en bancarrota bajo el Capítulo 11, en un esfuerzo por reestructurarse tras años de dificultades económicas exacerbadas por la pandemia y un intento fallido de ser adquirida por JetBlue.
Desde 2020, Spirit ha acumulado pérdidas que superan los 2,500 millones de dólares y enfrenta pagos de deuda superiores a 1,000 millones de dólares en el próximo año. A pesar de la declaración de bancarrota, la aerolínea aseguró que continuará operando con normalidad, permitiendo que los clientes sigan reservando y viajando sin interrupciones mientras se ejecuta un plan de reorganización previamente acordado.
Las acciones de Spirit cayeron un 25% el viernes pasado, tras un informe del Wall Street Journal que reveló negociaciones entre la aerolínea y sus acreedores sobre los términos de la bancarrota. Este es el último golpe para una compañía que ha visto un desplome del 97% en el valor de sus acciones desde 2018, cuando aún reportaba ganancias.
El CEO de Spirit, Ted Christie, admitió en agosto que las conversaciones con los asesores de los bonistas eran una prioridad, indicando que la empresa buscaba obtener las mejores condiciones posibles para refinanciar su deuda y mejorar su posición de liquidez. “Estamos enfocados en nuestra reestructuración, mejorando nuestra posición financiera, desplegando nuevos productos y fortaleciendo nuestros programas de lealtad”, aseguró Christie durante una llamada con inversionistas.
Aunque los pasajeros de Spirit volaron un 2% más en los primeros seis meses de 2024 en comparación con el mismo período del año anterior, la aerolínea enfrenta una caída significativa en los ingresos por milla volada, con un descenso del 20% en las tarifas. Esto, sumado a costos operativos crecientes, como los laborales, ha mantenido a Spirit en números rojos incluso después de la recuperación del sector turístico tras la pandemia.
La estrategia tradicional de Spirit, basada en tarifas extremadamente bajas con cargos adicionales por servicios como equipaje o refrigerios, ha perdido fuerza frente a las aerolíneas más grandes, que ahora ofrecen boletos de bajo costo con mayores beneficios. Además, la saturación de vuelos en el mercado de viajes de ocio en Estados Unidos ha reducido aún más las tarifas, afectando el modelo de negocio de Spirit.
Para contrarrestar estas tendencias, Spirit ha implementado cambios significativos en su oferta. Este verano introdujo tarifas combinadas que incluyen servicios como asientos más amplios, embarque prioritario, internet a bordo y refrigerios, una desviación radical de su enfoque inicial.
Asimismo, la aerolínea reducirá su calendario de vuelos entre octubre y diciembre en casi un 20% en comparación con el mismo período del año pasado, una medida que, según analistas, podría aumentar las tarifas pero beneficiará más a sus competidores que a Spirit.
La bancarrota marca un punto crítico para Spirit Airlines, que busca encontrar un equilibrio entre su modelo de bajo costo y la necesidad de adaptarse a las nuevas dinámicas del mercado. Aunque las medidas de reestructuración ofrecen cierta esperanza, la compañía enfrenta un camino incierto para recuperar su posición en el sector de la aviación comercial.
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