Un discurso esperanzador debe estar acompañado de realidades esperanzadoras que a la vez hacen que las promesas sean creíbles; el poder depende de las apariencias y la ilusión que genera.
El discurso del presidente Abinader, estuvo orientado precisamente en generar esperanzas basado en sus logros y también en crear ilusión como forma de renovar su compromiso en la confianza otorgada por el pueblo el pasado Mayo.
La comunicación y el marketing político juegan un papel fundamental en una sociedad cada día más mediatizada como parte del concepto de la aldea global de Marshall Macluhan, que hoy en día resulta innegable.
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