Redacción internacional.- En un caso que ha sacudido a la comunidad de Hawái y ha captado la atención internacional, el asesinato de Gary Ruby, un hombre de 73 años, ha revelado impactantes detalles sobre una relación marcada por la violencia y el encubrimiento. Ruby fue encontrado muerto en su lujosa residencia en Honolulu, con su cuerpo cubierto de cemento en un intento por ocultar el crimen. Según las autoridades, el móvil estaría vinculado al descubrimiento de que Ruby era VIH positivo, lo que habría desencadenado la reacción de su pareja.
El hallazgo del cuerpo se produjo en el baño de la vivienda, valorada en 2,2 millones de dólares, una escena que dejó en evidencia la premeditación del crimen. Las investigaciones señalan que Ruby habría sido estrangulado con un cinturón, aunque existe la posibilidad de que estuviera aún con vida cuando se vertió el cemento sobre él, según las declaraciones del fiscal a cargo del caso.
La víctima mantenía una relación sentimental con Juan Tejedor Barón, un hombre de 26 años originario de Colombia. Barón, en sus confesiones iniciales, reconoció que su reacción violenta se desencadenó por enojo al enterarse del diagnóstico de VIH de Ruby, un factor que las autoridades consideran clave para entender la motivación del crimen.
Para intentar disfrazar el asesinato, Barón recurrió a medidas extremas. Primero utilizó un cuchillo para hacer cortes en las muñecas de Ruby, simulando un suicidio. Luego, cubrió el cadáver dentro de la bañera con cemento y granos de café, en un intento de ocultar el olor de la descomposición. Sin embargo, estas maniobras no fueron suficientes para impedir que el cuerpo fuera descubierto, lo que permitió a las autoridades iniciar la investigación.
Además del asesinato, Juan Tejedor intentó apoderarse de las propiedades de Ruby, incluidos su vehículo, un Audi A6 modelo 2020, y su lujosa residencia. Presentó documentos falsificados para reclamar la posesión de estos bienes, pero los investigadores demostraron rápidamente que eran fraudulentos. Este intento de aprovecharse de la situación añadió un elemento de codicia al caso, que ya estaba rodeado de brutalidad.
La detención de Barón ocurrió en marzo de 2022 en California, cuando intentaba huir hacia México. Fue localizado escondido debajo de un banco en un vehículo que se dirigía a la frontera, lo que marcó el inicio de un largo y controvertido proceso judicial. Su captura permitió avanzar en la recopilación de pruebas y en la reconstrucción de los hechos.
En octubre, el acusado intentó retractarse de su declaración de culpabilidad, argumentando que no entendía completamente los términos del acuerdo debido a la falta de un traductor en su idioma natal y a los efectos de medicamentos recetados que estaba consumiendo en ese momento. Además, acusó a su antiguo abogado de presionarlo al insinuar que podría enfrentarse a la pena de muerte si no aceptaba el acuerdo inicial.
El hombre enfrenta cargos por asesinato en segundo grado, robo de identidad y robo de propiedad. Inicialmente, se había negociado un acuerdo que le evitaría la cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Sin embargo, con la retractación de la declaración de culpabilidad, este pacto está en riesgo de desmoronarse. La audiencia programada para el 23 de diciembre de 2024 será clave para determinar si Barón podrá mantener su nueva postura y qué impacto tendrá en el desenlace del caso.
Durante las próximas audiencias, la defensa de Barón planea presentar testimonios de intérpretes y antiguos abogados para reforzar su argumento de que no comprendió el acuerdo inicial. Por su parte, la fiscalía argumentará que las condiciones en las que Juan admitió su culpabilidad fueron claras y se mantendrán firmes en evitar cualquier cambio en el proceso.
El asesinato de Gary Ruby ha generado un intenso debate público, tanto por la brutalidad del acto como por las circunstancias que rodearon el crimen. La revelación de que el móvil podría estar relacionado con el diagnóstico de VIH ha puesto sobre la mesa los estigmas que persisten en torno a la enfermedad, mientras que los detalles del encubrimiento han mantenido el interés mediático tanto en Hawái como a nivel internacional.
Este caso también ha provocado discusiones más amplias sobre cómo los prejuicios y el desconocimiento pueden desencadenar actos de violencia extrema. Aunque el proceso judicial sigue en marcha, el asesinato de Ruby pone de manifiesto la necesidad de abordar las raíces sociales de estos conflictos y cómo impactan tanto en las víctimas como en los acusados.
A medida que se acerque la fecha de la próxima audiencia, el caso continúa generando nuevas preguntas sobre los eventos que llevaron a la trágica muerte de Gary Ruby y sobre el destino que enfrentará su presunto asesino, Juan Tejedor Baron.
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