Washington.- El presidente electo estadounidense, Donald Trump, ha cerrado este 2024 un año récord: superó dos intentos de asesinato, salió indemne de los cuatro casos penales en su contra y ganó unas presidenciales inéditas, en las que a lo largo de la campaña se enfrentó a dos candidatos demócratas.
Cuando dejó el poder en enero de 2021, tras una derrota frente a Joe Biden que sigue sin reconocer, pocos apostaban por la vuelta exitosa de un político polémico, que no ha abandonado en este tiempo su plan de conseguir que Estados Unidos, según su lema, vuelva a ser «grande de nuevo».
En noviembre de 2022 anunció su intención de postular otra vez a la Presidencia y uno a uno el resto de aspirantes republicanos, desde el gobernador de Florida, Ron DeSantis, a la exembajadora de Estados Unidos ante la ONU Nikki Haley, se retiraron de esa carrera conscientes de que la popularidad del magnate neoyorquino liquidaba sus posibilidades.
Ni siquiera la justicia pudo frenar sus aspiraciones: su caso por injerencia electoral y el asalto al Capitolio fue cerrado en Washington por la normativa que impide al Departamento de Justicia procesar a un mandatario en ejercicio, la misma que llevó a desestimar el que tenía en Florida por haberse llevado documentos clasificados, y otro en Georgia por interferencia electoral se ha quedado en vilo.
La sentencia de su juicio penal en Nueva York por haber falsificado registros comerciales para comprar el silencio de la actriz porno Stormy Daniels en la campaña de 2016 ha sido pospuesta sin fecha, tras ser declarado culpable y convertirse en el primer presidente convicto de la historia del país.
Cada victoria fue considerada un ejemplo de que la Justicia estaba manipulada en su contra y hace que no descarte la venganza cuando el 20 de enero asuma el cargo. Aunque recientemente aseguró que «no está interesado» en eso, sus nominados en puestos clave de la Administración, como Pam Bondi como fiscal general, respaldan la idea de acabar con la «politización» de la que se quejan.
Trump, de 78 años, volverá a ocupar la Casa Blanca no solo con la experiencia de su primer mandato (2017-2021), sino con un «ejército» de leales a su lado. Entre ellos, el dueño de X y consejero delegado de Tesla y SpaceX, Elon Musk, que se ha convertido en su mano derecha y a quien ha encargado el recorte de gastos federales y de la burocracia gubernamental.
El presidente electo es consciente de cómo ha superado las expectativas. En su red social, Truth Social, siguiendo la tendencia «cómo empezó/cómo acabó», colgó la semana pasada una fotografía de su ficha policial y la completó con su portada de la revista Time, que le ha considerado la persona del año.
La de esa ficha policial no fue su única instantánea icónica del año. Queda para la historia también la que le mostró con la oreja ensangrentada y el puño alzado tras haber sido alcanzado por una bala en la oreja durante un mitin en Butler (Pensilvania), en lo que fue el primero de sus dos intentos de asesinato.
Está por ver el impacto de su nueva etapa en el poder. De momento, ha prometido indultar a los encausados por el asalto al Capitolio, llevar a cabo la mayor deportación de migrantes indocumentados de la historia y poner fin a la guerra de Ucrania en solo 24 horas.
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